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Capítulo 4: Terror en el hipermercado

Ahora que ya sabéis de dónde salió Piluca, podemos seguir con la historia. Después de nuestro encuentro en la Mini-Chocolatería yo sigo con mi vida como si no hubiera pasado nada. El stress laboral no me hace darme cuenta de que algo está cambiando…

Ya dice el refrán que al que mucho abarca, a la deriva le lleva. Yo, que con mi trabajo y mi vida social, pensaba que tenía suficiente, ahora me veo obligado a controlar cada uno de los pasos de Piluca. Porque ya dije que esta está tramando algo y yo lo quiero saber.
Desde que reapareció no hay marica en Barcelona que no sepa que ha vuelto, pero nadie tiene ni idea de dónde coño ha estado metida. Todo son rumores y especulaciones, pero nada más. Ella no ha soltado prenda y me consta, por la gente que me ha contado que ha hablado con ella, que no sólo se hace la sueca cuando alguien le pregunta por el tiempo que ha estado fuera, sino que además no para de ponerme verde la muy puta.
A mí me daba igual que me insultara. Así estábamos en paz. Porque sí, yo como buena marica que soy me había dedicado a ponerla verde todo el tiempo que había estado por ahí perdida; así que ahora le iba a dar un poco de cancha para recuperar el orgullo perdido. ¿Qué más me da que la Piluca vaya por ahí insultándome si todo el mundo sabe que lo que le pasa es que me tiene envidia? ¡Porque yo lo valgo!

Pero claro, cuando yo decía que presentía que ésta estaba tramando algo… ¡lo decía por algo!
El otro día estaba yo en el trabajo y salí un momento al descanso porque estaba estresadísima de la vida. Yo siempre que salgo al descanso me cojo el móvil y me pongo a mandar mensajes como una loca a todo el mundo. Porque yo soy de esas fashions de la vida que siempre que llaman les sale la tía esa de “Su saldo está a punto de agotarse. Your credit is about to expire” y sólo me da para mandar mensajes. El caso es que me senté en la cafetería y cogí el móvil. Tiene 5 mensajes.
“¡Coño!” pensé “El Mr. Poppins quiere ir al cine y ya está dejándome mensajes como una perra”. Abrí la bandeja de entrada y vi que ninguno era de Mr. Poppins. El primero era de la Magneto:
“Hidro nena, t tngo q contar 1 cosa mu fuerte nena. Piluk la esta liando y llevas las d perdr.”
Ese mensaje me dejó algo de mar cuerpo, pero como la Magneto siempre ha sido un poco exagerada supuse que lo que pasaba era que había oído que la Piluca me iba insultando y estaba preocupada. Pobreta.
El segundo mensaje era de Cindy la Au Pair. Esta como está forrada siempre manda dos o tres mensajes juntos y no retuerce las palabras ni nada:
“Hidro! Darling! Cuidado con Piluca que me han dicho que es de goma. ¡Es broma! Ayer estuve en el Schilling tomando algo con un amigo y me contó una historia súper fuerte sobre la verdadera marcha de la Piluca. Todo mentira, por supuesto, pero no te hará ninguna gracia. A ver cuando nos vemos y te lo cuento todo. ¡Kisses!”
Que digo yo que hay que ser un poco guarra, porque en vez de mandarme un mensaje me podría haber llamado y explicármelo y no dejarme en ascuas porque vete a saber cuando volveré a ver yo a la Elizabethtown esta.
El tercer mensaje era de la Pepi:
“Neeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! ¡¡¡¡QUE FUERTEEEEEEEEEEEEE!!!!”
Cualquier persona normal se preocuparía por un mensaje así. Yo, como conozco a la Pepi, sé que para ella cualquier cosa es fuerte. Así que pasé olímpicamente.
El cuarto mensaje no tenía remitente. Me salía en blanco. Lo abrí a ver que ponía y de repente se me puso la pantalla en negro.

Me cagué viva. Pensé que alguien me había mandado un sms con virus y me había jodido el fashion-phone que tengo. Pegué un grito de rabia (la gente me miró mal) y me cagué en mi mismo. ¡Jamás debí mandar ese mensaje al Movilisto para bajarme el politono de la Madonna! Podría haber pensado que había sido la Piluca, pero con lo lerda que es al igual sabe mandarme un mensaje-virus. Como mucho podría haber sido la iNena, pero esa me quiere mucho y no me hace esas cosas. ¡Que tengo un iPod de 60 gigas!
Y, de repente, el fashion-phone volvió a la vida. Vibró tres veces y se quedó quieto. Me lo quedé mirando un momento, como King Kong mirando a la rubia cuando se pone a dar botes. Me di unos golpes en los pectorales que tengo y salté encima de la barra y empecé a colgarme por las lámparas.
Es mentira.
Cogí el fashion-phone y lo miré fijamente. En la pantalla se veía el mensaje maldito:
“Tu fin está cerca, pollo.”

¡Coño!
Un escalofrío recorrió mi espalda y yo me quedé más tiesa que Chicken Little. ¿Mi fin estaba cerca? ¿Pollo? ¡Alguien que leía mi blog quería matarme! ¡Qué fuerte nena! Yo esperaba que las amenazas de muerte en este relato llegaran como en el capítulo 10 o 15, cuando me hubiera dado tiempo a indagar algo.Pero esto es un aviso ya para que no me meta donde sea que me voy a meter. ¡Terror, espanto, pavor!
La chica de la cafetería se me acercó, asustada:
- ¿Qué te pasa Hidro? ¡Estás pálida!
- Nena, cóbrame el café y el Donut, que puede ser el último café y donut que me cobres porque alguien quiere matarme.
- Pero si sólo llevas aquí diez minutos, tu jefe no te va a decir nada.
- No nena, no es mi jefe el que va a matarme. ¡He recibido un mensaje anónimo amenazante!
- ¡¡¡Qué dices tía!!! ¿De quién?
- Joder nena, si supiera de quién es no sería anónimo!!
- Pues también es verdad.
- Me voy a ir a trabajar, a ver si me viene alguien a ponerme una reclamación y me olvido de estos malos rollos que me dan.
Cogí mis cosas y me volví a la tienda. Estuve toda la tarde dándole vueltas a la cabeza. ¿Quién me había mandado ese mensaje? Parecía obvio que había sido la Piluca… ¡Claro! La muy puta se acordó de mi blog cuando lo dijimos en la mini-chocolatería y había visto mi foto de Boy George vestido de Leigh Bowery en su espectáculo Taboo (¡¡por fin sabéis qué coño es esa foto!!) y ¡me había amenazado!

Pero… ¡espera! ¿Cómo tenía Piluca mi número, si el fashion-phone lo tengo desde hace pocos meses y yo con ella no me hablo? ¿Y por qué coño se había vuelto loco el fashion-phone? Seguramente porque es muy bonito pero es una mierda de móvil. Y como dijo Jane Vino en “El silencio de los borregos” cuando reapareció al final tras haber sido lanzada al pantano dentro de un coche:
“¡Mi coche es una mierda! ¡¡Y LA MIERDA FLOTA!!”

Cuando terminé de trabajar volví a sacar el móvil a ver si Pol o alguien me llamaba para ir a cenar. A ellos nunca les he hablado de Piluca, porque sé que Pol es una persona muy aprehensiva y yo no le quiero contar historias de terror y a los demás no les cuento nada porque seguro que se ponen de mi parte y yo no soy una Pantoja cualquiera que necesite que la adoren cada dos por tres (¡Recordad dejar comentarios en mis blogs diciéndome lo mucho que os reís gracias a mí!).
Entonces recordé que aún me faltaba un mensaje por leer. Volví a la bandeja de entrada y vi el remitente. El 177. ¡El contestador!
“Tiene un mensaje nuevo.”
¡¡Qué tensión!!

“NENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA” ¡¡¡Era la iNena!!!
“¡¡¡No te vas a creer lo que me ha pasado!!! He ido a comprar un iPod Nano a la Fnac ¡¡y estaban agotados!! Y sabes de quién es la culpa ¿no? ¡SÍ! ¡DE PILUCA!”

Yo no me lo podía creer. ¡¡Ese era el plan de Piluca!! ¡¡Dejadnos sin iPod Nano!!
¡Pues vaya mierda de plan!
Llamé corriendo a la iNena a ver qué le pasaba. Tardó tres horas en coger el teléfono.
- ¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAA!-gritó.
- ¡¡Nena!! ¡Que has tardado un huevo en contestar!
- Es este móvil tía, que es una mierda.
- ¡Pues cambia de móvil! ¡Cómprate un fashion-phone de estos míos!
- ¡Esos también son una mierda!
- ¡¡Pero van a juego con el iPod!!
- ¡NENAAAA! No me hables de iPods!!!!! ¿Has oído mi mensaje?
- Sí. Explícame el plan malvado de Piluca y los Nanos.
- No nena, no hay ningún plan. Que he ido a comprarlo a la Fnac y al pedirlo me dice el chico que acaban de vender el último que les quedaba y que ya hasta después de Navidades nada. Yo le he dicho que eso era una vergüenza ¡que yo lo necesitaba más! ¡¡Además era de los negros!!
- ¡¡Era de los negros!!-dije yo, entre la indignación y el cachondeo.
- ¡¡Si nena!! ¡Pero aún no sabes lo peor! Me voy corriendo a las cajas a ver quién se llevaba el iPod Nano…
- ¿Pa’ qué?
- Para ver si era un chulazo y si me lo podía ligar o algo.
- Vale ¿y qué tiene que ver Piluca en todo esto?
- ¡¡PUES TODO NENA!!

Hizo una pausa. Una pausa que hace que este capítulo se alargue más que Santa Bárbara (Streisand).

- No te quedes callada nena. Que te oigo respirar y me recuerdas a la Emily Rose.
- ¡¡¡LA PILUCA SE HA COMPRADO EL ÚLTIMO IPOD NANO DE BARCELONA!!!
- ¿¿¿QUEEEE??? ¿¿¿LA PILUCA CON UN IPOD??? ¡¡Pero si cuando desapareció aún escuchaba la música en cassettes!! ¡Con dos eses y dos tetes! ¡SI ERA UNA CATETA!
- Pues ahora está a la última nena. Porque además la vi hablando con alguien por el móvil y…

Las palabras de la iNena retumbaron en mi cabeza como los tambores de las minas esas del Señor de los Anillos cuando vienen los Orcos y parece que van a morir todos pero no muere nadie porque son más chulos que un ocho y llevan al Viggo Mortensen quelas protege. ¡Elfas de mierda!

Bueno nenas. Que sí. Que era cierto.

¡¡¡PILUCA TIENE UN FASHION-PHONE COMO EL MÍO!!!

Un momento, WAPPA!
Si Piluka se ha comprado el HIPO enano ese, ¿cómo es que tiene el mismo Fashion-Phone que tú?
¡A ver si te has comido un capítulo con el donus y el Café Olé!

JJAJAJAJAJAJJA

¡Elfas de mierda!
Seguro que la culpa es de ellas, que van como fumadas de opio y hablando grijandermor, ¡neeenaaa!

A lo mejor es que por el stress de la situación no lo he explicado bien. La iNena se me puso toda histérica porque la Piluca le había robado el último iPod Nano de Barcelona.
Que se ponga histérica por un iPod es normal, pero claro, a mí lo que me extraña es que esa (que hace un año pensaba que internet era un programa que cabía en un diskette (con una k y dos tetes) ahora vaya comprando iPods. O no era para ella o muchas cosas han cambiado.

Y encima, al verle comprar el Nano, la iNena vio que Piluca estaba hablando por móvil ¡¡¡y tiene el mismo que yo!!!

Y, otra cosa no, pero mi fashion-Phone es sagrado. Si Piluca se ha comprado uno igual que el mío... ¡¡¡ES LA GUERRA!!!

Os pido POR FAVOR que os abstengáis de hacer comentarios amenazantes sobre Piluca porque no sólo me consta que está leyendo esto... ¡sino que además está tomando represalias!

¡AY LO QUE ME (NOS) HA HECHO!

Ya os contaré cuando pueda, que ahora estoy estresada de la vida.

Madre mía, Hidro, ni te conozco ni nada pero ya estoy sobre ascuas y bien enganchada a tus blogs (ejem!! ¿en qué estábais pensando, malpensás de la vida??).
No puedo comer ni dormir de la intrigaaaaa ;) Besos!

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¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
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