2/22/2006

Capitulo 15: Memories (Segunda Parte)

Remember, remember. En el último Memories yo había pasado a Piluca por la puerta del Lluvia de Estrellas. Entró siendo una garrula de Vic y salió convertida en una petarda de Barcelona. Y todo gracias a mí. Pero ¿quién me daba las gracias? ¡Yo! Y no me gusta hablar sola. Por eso, mientras espero a que el tren llegue a su destino (¡mierda de RENFE que siempre llega tarde!) me pongo a recordar...

Desde esa noche lo mío con Piluca fue de mal en peor. Yo me emborraché para aguantarla, porque se puso insoportable luciendo palmito (y es que, todo hay que decirlo, si no fuera porque tengo que odiarla, me la follaría viva) y diciéndole a todo el mundo lo divina que era por naturaleza.
Al día siguiente, en plena resaca, me enteré de su primera traición. Alguien me dijo que le habían contado que por ahí se comentaba que Piluca había explicado que ella fue a comprarse ropa y me encontró haciendo cruising en la planta joven del Corte Inglés y me rescató y me llevó a enseñarme cómo tiene que vestirse una. Y que por eso nuestro look era tan parecido.

Yo me puse como una moto y la llamé al móvil.
- ¿Diga?
- ¡Digo puta!
- ¿Hidro? ¿Eres tú? ¿Qué te pasa?
- ¿Que qué me pasa? Pues que estoy en los lavabos de la Planta Joven haciendo cruising y necesito que vengas a rescatarme.
- ¡Anda ya! ¡Si a ti eso no te va!
- ¡¡Claro que no!! ¡¿Por qué coño le dijiste a todo el mundo que yo estaba haciendo cruising?!
- ¿Yo dije eso? No sé... no me acuerdo... estaba borracha... me preguntaron si éramos hermanas...
- Y tuviste que dejarme por los suelos. ¿Has dicho hermana? Pero nena ¿qué te he hecho? Ayer por la tarde sabías explicar qué es un fuera de juego y ahora ya hablas en femenino. Te lo has tomado en serio, ¿eh?
- Ay nena, no te estreses... Jaaaajajajajajajaja.
Y colgó.

Estuve dos días sin hablarme con ella, porque se fue de la ciudad. A Vic, a ver su madre: Guillermina.

Durante esos dos días las pasé canutas para quitarme de encima la fama de cruisingera (¡Soy una cruisingeraaaa, cruisingeraaa!) que me había colgado la pelagatos esa, pero no sirvió de nada porque mi perfil del Bakala empezó a llenarse de gente que buscaba echar un polvo en "Centros comerciales". ¡Putas!

Total que la tía asquerosa volvió de Vic y se puso en plan Marlene Morreau (porque cuando se ponía en plan diva, sólo conseguía llegar a Morreau) a pasearse por toooodos los locales gays de Barcelona con el ego más subido que los coloretes de Heidi. Yo, de mientras, seguía con mi vida como si tal cosa.
Días después de eso volvimos a saludarnos por el messenger. Pero la acabé desadmitiendo porque no paraba de pasarme fotos de los tíos con los que había ligado y me ponía de los nervios.

Sí, vale, por un momento sentí envidia de lo mucho que follaba ¡pero eso no quita que fuera una puta! De hecho la envidiaba por eso, por ser una puta.

No me voy a poner a explicar aquí todas y cada una de las putadas que nos hicimos la una a la otra. Pero quiero dejar claro que si el vaso le dio en la cabeza no fue por mi culpa. Yo estaba bailando, alguien me dio un golpe y el vaso salió volando con tan mala suerte que fue a parar a su cabeza en el justo momento en que ella pasaba por allí. Todo fue un accidente.

3 puntos de sutura.

Pero entonces pasó algo...

Pasó lo peor que podía haber pasado. No es algo que me apetezca contar, pero aún así lo haré. Digamos que Piluca me traicionó. Que una cosa es colgar por todo el Gayxample fotos de una polla capturadas por webcam de forma traicionera haciéndote pasar por un chulazo de ibiza al que se supone que nunca vas a conocer y otra es robarle el novio a una amiga. O amiga enemiga.

Estaba destrozada. Aquello me dolió mucho. Pero no lo quiero recordar... no quiero... ¡no quiero!

El caso es que, estando yo como estaba, se me presentó la oportunidad perfecta para vengarme de ella por haberse acostado con Lucas. Ay... Lucas... qué hijo de puta... No había maricas suficientes en Barcelona que tuviste que ponerme los cuernos con ELLA.

Bueno, lo que os decía: que estando yo como estaba por lo que Piluca me había hecho... encontré la forma de vengarme.

Resulta que Piluca, en su afán por ser una gran actriz y tener muchos contactos (de todo tipo) se hizo muy amiga de un cineasta catalán (o eso se cree él) (se cree cineasta, no catalán) que era muy conocido por todas nosotras no por sus películas sino por las fiestas que montaba en su casa y que, se decía, siempre acababan de la mejor manera que puede acabar una fiesta llena de gays.

¡Bailando la Yenka!

Ya me entendéis.

Pues Piluca se hizo muy amiga del cineasta este... y el cineasta este la invitó a una fiesta. Y en esa fiesta corrió el alcohol y todo lo que podía correr.
Lo que Piluca no sabía era que aquella no era una fiesta normal y corriente. Porque la intención del CC (cineasta catalán) no era dar una fiesta... sino rodar una película porno. Él, obsesionado por la falta de naturalidad en el género, decidió invitar a muchos chicos de muy buen ver y grabar en video la parte final de esas fiestas suyas que siempre acababan como acababan.
Luego el cineasta intentó editar en dvd la película (bajo el original título: "Surprise, surprise"), pero su abogado le dijo que antes de haberla rodado no habría estado de más pedir los DNI's de los asistentes para comprobar que eran mayores de edad y, después del DNI, pedirles permiso.

Así que esa película nunca vio la luz. Y sólo ha tenido 4 espectadores.
El CC.
Un gran amigo suyo: yo.
Un gran amigo de un gran amigo suyo: La Pepi.

Y Guillermina.

Sí. Soy así de mala. En pleno ataque de rabia por haberse acostado con Lucas me cogí el dvd de "Surprise, surprise", me monté en un tren y me largué a Vic a ver a la madre de Piluca y enseñarle lo que su niño había estado haciendo desde que se largó de la tierra del fuet. (Land of the fuet, George A. Romero, 2006).

Llegué a Vic sin saber dónde buscar. Qué bonita es la venganza improvisada ¡pero qué putada!
Acabé localizando la sede del canal de televisión local en el que Piluca había montado el numerito de Fin de año por el que se tuvo que exiliar, de allí me mandaron a una tienda de embutidos (¡cómo no!) en la que Piluca había trabajado antes de llegar a la tele. De la tienda esta me mandaron a un videoclub de un amigo de la familia y del videoclub me mandaron a una residencia de ancianos. Allí trabajaba la Guillermina.

Yo me presenté diciéndole que era una amiga de su hijo (en ese momento me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo se llamaba Piluca y no quise llamarle así no fuera que a la pobre le diera un pasmo) que le traía una película que su hijo había rodado en Barcelona y que sabía que a él le daba vergüenza que lo vieran en su casa pero yo creía que todo el mundo merecía verlo porque estaba fenomenal. Entonces me di la vuelta para largarme, pero Guillermina insistió en que fuera con ella a su casa a tomar un café y que le explicara como le iba a su hijo por la ciudad. Yo le dije que no, que tenía prisa y que no podía perder el último tren pero ella insistía, insistía... y a mí me dio miedo porque es una mujer muy grande (casi tan grande como su hijo) así que al final fui a su casa. Prometiéndome a mí mismo que no estaría allí cuando Guillermina pusiera el dvd.
Nos tomamos un café y comimos unas pastitas (sin fuet) mientras yo le explicaba lo maravilloso que era su hijo.
Ella me miró y dijo:
- ¿Por qué no le llamas por su nombre?
- ¿A quién? ¿A su hijo?
- Sí, a mi hijo.
- Ah... pues... no sé... es que le tengo mucho respeto a usted...
- Pues no me respetes tanto. Si eres amigo de mi Lucas, también eres amigo mío.

La galletita que tenía en la boca se fue por el otro lado de la impresión y me atraganté con ella. ¡Piluca se llamaba Lucas! ¡Y me había puesto los cuernos con Lucas! ¡MANDA FUETS!

- ¿Te encuentras bien?
- Sí, sí... es que... se me ha ido por el otro lado... voy un momento al baño...
- Claro, claro, está al final del pasillo, junto a la entrada.

Yo fui hacia el baño. Al abrir la puerta oí que Guillermina abría la caja del dvd. Me quedé en silencio, esperando escuchar qué pasaba. Oí que se sentaba en el sofá. Al momento en la pantalla empezaba a sonar música techno compuesta por el propio CC. Cogí mi chaqueta y mi bolso, colgados junto a la puerta; y ahógandome como estaba por la puta galleta de los cojones abrí la puerta y me largué de allí.
Mientras bajaba la escalera oí un grito desgarrador. Salí corriendo esperando que Guillermina apareciera detrás de mí invocando a todo el pueblo para masacrarme igual que intentaron hacer con Piluca (con fuets y bolis de cristal y bolis naranjas). Pero nadie salió corriendo detrás de mí.

Fui a la estación y me monté en el tren de vuelta a Barcelona.
No sabía si Guillermina había sobrevivido al impacto de ver a su hijo protagonizando un bukkake. Pero sí sabía que, si lo había hecho, en cuanto pusiera un pie en Barcelona alguien me iba a arrear una paliza que iba a hacer historia. Y ese alguien se llamaba Lucas. Pero el Lucas Piluca, no el Lucas ex-mío. Aunque ¿ves? eso tampoco me habría sorprendido.

Pero no.
Nadie me pegó.

Cuando llegué a Barcelona me estaba esperando la Pepi, que me miraba fijamente desde el andén. Me acerqué a ella, asustada.

- ¿Qué pasa nena?
- Hidro tía... Es Piluca...
- ¿Qué? ¿Ya lo sabe? ¿Viene a matarme?
- No, no sé lo que sabe ni sé si viene a matarte. De hecho no sé ni dónde está. Dicen que ha desaparecido.
- ¿Desaparecido?
- Sí, desaparecido.
- Qué jeby tía... Qué jeby...

2/14/2006

Capitulo 14: La verdad esta ahi fuera

La iNena se había pasado al lado más oscuro del lado oscuro, la Dientes estaba -ahora sí- muerta, alguien le había pegado un tiro desde muy cerca de mi oreja, yo estaba sorda y Piluca seguía siendo una puta de mucho cuidao. ¡Qué stress!

Anonadas como estábamos todas por lo que acabábamos de presenciar, huímos en tropel del lugar de los hechos. Aquella noche saldríamos en TV3, en el telenotícies o en el K3. Daba igual, íbamos a ser famosas.
Para evitar que la fama nos llevara a todas a la cárcel, nos metimos en el único lugar en el que nadie en su sano juicio buscaría a 5 maricas en su sano juicio: el Hard Rock Café.
El Hard Rock es un sitio que siempre me ha estresado y es uno de los locales en los que teníamos vetada la entrada antes de que a Piluca le diera por vetarnos las entradas. Todo viene porque un día fuimos por primera (y única) vez a aquél antro de destrucción masiva y guiris borrachos y nos atendió un camarero llamado Roberto Cantalapiedra. Al ver su nombre en el ticket la Pepi cogió un boli y al lado apuntó: "¿¿EN SERIO??".
Pero como ahora a Roberto ya se le había acabado el contrato y estamos en febrero y hay pocos guiris borrachos, nos dejaron entrar. Nos fuimos a la mesa más alejada de la puerta y pedimos cocas-colas del tamaño de Texas.

- QUÉ JEBY -dijo la Pepi.

Yo saqué mi móvil dispuesta a hacer la llamada que necesitaba hacer. Mientras buscaba en mi mega-agenda el teléfono de la iNena, las otras iban hablando.

- Pero ¿tú no dijiste que la iNena estaba en Madrid haciendo no sé qué?-preguntó la Asdru a la Cindy.
- Sí, pero a mí no me miréis, es lo que me ha dicho su madre.-contestó la Cindy, con las manos en alto.
- ¿Su madre? ¿Aún vive con sus padres?.-preguntó la Polly Pocket.
- Sí, aún vive con sus padres ¿qué pasa? No todo el mundo tiene sueldo para pagarse un piso y unos muebles desechados del Ikea.-respondió la Pepi, que como se ha llevado muy bien con la iNena (hasta ahora) pues le sabía mal que la criticaran.
- ¿Y a dónde se han llevado a la Dientes? -preguntaba la Cindy- Porque si una era la iNena y la otra era la Taxista Asesina, es que estaban todas compinchadas y se han llevado el cuerpo.
- ¿Para qué?.-preguntó la Pepi-. ¿Para enterrar la sardina?
- No nena, para no dejar pruebas.-dijo la Asdru-. Está claro que ellas mismas han asesinado a la Dientes y se han llevado el cuerpo.
- ¡Sí hombre!.-dijo la Polly, indignada.
- ¡Claro tía! ¡Como en la peli del Eric Roberts!.- gritó la Cindy.
- ¿La de la ambulancia?.- dije yo, que seguía buscando el número.
- ¿Qué peli? ¿Qué ambulancia? ¿Quién es Eric Roberts? -preguntó la Pepi.

Dejé a la Cindy explicándole a la Pepi la vida y milagros del hermanísimo de la Roberts y el argumento de esa gran película de la Ambulancia asesina, encontré el teléfono de la iNena y le di a la tecla para que empezara a llamar. Cuando estableció contacto, se me escapó un grito de terror.
Las demás me miraron, también aterradas.

- ¿Qué pasa Hidro?.- preguntó la Asdru, toda preocupada.
- Escuchad esto...-dije yo, y activé el manos libres de mi fashion-phone.

He de decir que fue todo un mérito que en mitad del jaleo del Hard Rock se escuchara lo que sonaba por mi móvil, pero es que mi fashion-phone es lo que tiene.

De su altavoz salía una melodía que a todos nos resultaba familiar, menos a la Pepi. La iNena había activado un servicio de estos que mientras te llaman haces que suene musiquita y sus tonos de llamada, antaño tan cools y maravillosos como un iPod Nano de 4 gigas, ahora habían dejado paso a...

¡LA SINTONÍA DE EXPEDIENTE X!

- ¡Eso ha sido cosa de la Scully!.- exclamó la Asdru.
- ¡LA SCULLY!.- exclamamos todas las demás.
- ¿Quién es Scully?.- preguntó la Pepi.
- ¿No veías Expediente X nena?.- le pregunté yo.
- No, yo no veía esas cosas, yo follaba.
- Pues entonces que te jodan -respondí.
- ¿Y qué tiene que ver la Scully con que la iNena se haya convertido en Eric Roberts?.- preguntó la Cindy.
- Seguramente la han usado a ella como contacto.- dijo la Asdru.
- ¡Coño claro! Si es que parecemos tontas. Tenemos a Mata Hari entre nosotras y estamos aquí montándonos películas.-dije yo-. A ver, cuéntanos cómo captan a la gente.
- No lo sé, nunca he visto que captaran a nadie. Pero han debido descubrir el punto débil de la iNena y han ido a por ella.
- ¿El punto débil de la iNena? ¡Pero si ese punto débil lo sabe todo el mundo!.- dije yo.
- Claro tonta, lo publicaste en el blog!!!.- me dijo la Cindy.

Era verdad, en el primer capítulo de todo esto (antes de pensar que iba a terminar matando gente y comiendo en el Hard Rock) dije que a la iNena le pones un iPod delante y se vuelve loca.

- Pues yo no sé cómo lo véis, pero yo quiero recuperar a la iNena. Siento que hay un hueco en este grupo. No te ofendas Polly, querida, pero contigo esto no es lo mismo.
- Tranquila, estoy acostumbrada.
- Pues entonces está claro lo que tenemos que hacer ¿no?

Todas me miraron entusiasmadas.

- No-. dijo la Pepi.

Todas me volvieron a mirar entusiasmadas.

- ¿Estáis drogadas?
- No, estamos esperando a que nos digas qué vamos a hacer.- dijo la Cindy.
- Joder, es que todo tengo que hacerlo yo.
- Coño claro, para eso es tu historia.- me respondió.
- Pues veréis. Está claro que si seguimos juntas corremos más peligro, porque la gente nos detecta más rápidamente. Debemos separarnos y trabajar en el sigilo y en las sombras, como una china samurái.
- ¡Yo quiero camisetas con esa frase!.- dijo la Pepi.
- Vale, luego te las hago. Ahora haremos esto. Polly, Cindy y Asdru, vosotras vais a descubrir dónde se esconde la Scully, vais a secuestrarla, la vais a llevar a un sótano oscuro y le vais a pegar una paliza hasta que cante.
- ¿Y qué quieres que cante? ¿El Bulería, bulería?.- preguntó la Cindy-. ¿Tú te has pensado que yo me voy a poner a secuestrar gente? ¡Lo que me faltaba!
- Es verdad, tal vez haya sido un poco radical. Bueno, vosotras tres os tenéis que enterar de qué coño ha pasado con la iNena.- miré a la Pepi-. Nena, tú y yo tenemos un asunto pendiente que hay que aclarar.
- Ya te dije que tú y yo no podemos follar que somos muy buenas amigas.
- Ese asunto no, inútil. Tenemos un viaje que hacer.


Un día más tarde, después de haber superado los traumas y descansado lo suficiente, la Pepi y yo nos reunimos en la estación de Sants. Yo ya le había dicho que iba a ser un viaje corto, que esa misma tarde estaríamos de vuelta, pero ella se trajo una bolsa con ropa y más complementos que el monovolumen de los Serrano; seguramente temiendo que estallara un brote de gripe aviar y tuviéramos que quedarnos allá donde íbamos.
Nos subimos al tren y estuvimos charlando alegremente, sin querer tratar el tema por el que estábamos montadas en aquel tren.
- Nena-dijo ella, por fin-. ¿Estás segura de lo que estamos haciendo?
- Totalmente.- respondí.
- Pero recuerda lo que pasó la última vez. No creo que la pobre se merezca otro disgusto como aquél. Seguro que en cuanto te vea se cae muerta.
- Ya será menos, la pobre aguantará lo suficiente para explicarnos la verdad sobre Piluca.
- Pero nena, que estás hablando de Piluca, no de la niña de The Ring. No hay verdad sobre ella: es una garrula de pueblo que acabó metida en el ambiente y la corrompió desde lo más profundo de su ser porque no supo llevar con dignidad ser amiga nuestra y volverse mega divina y deseada y acabó haciendo lo que todas hemos deseado pero nuestra dignidad nos lo impide.
- Joder nena, qué bien hablas cuando no te drogas. Pero tú y yo sabemos que detrás de todo esto hay algo más.
- Sí ya. Las dos sabemos de dónde viene lo vuestro...
- Lucas...
- ¿Y qué te hace pensar que Guillermina sabrá dónde ha estado metida Piluca?
- Porque Piluca siempre ha estado muy unida a ella.
- Ya pero desde que le contaste lo que había pasado con su niño... No sé yo si se habrán vuelto a ver...
- Claro que sí. Piluca le ha contado a Guillermina dónde ha estado metida este año, y ella nos lo va a contar a nosotras.
- ¿Seguro?
- Claro nena. Mira, hay dos cosas que Piluca nunca haría. La primera es la lluvia dorada.

Nos metimos de sopetón en un tunel. A la Pepi se le escapó la risa y estuvo a carcajada limpia hasta que la luz del sol volvió a penetrar en el vagón, momento en el que recuperó la compostura de repente, simulando que yo no había dicho lo que acababa de decir.

- ¿Y cuál es la otra cosa que Piluca nunca haría?
- Dar un sólo paso sin consultárselo a su madre.

Y me hice la fantástica, rollo personaje interesante de novela de Agatha Christie adaptada al cine, y me puse a mirar por la ventanilla. A lo lejos empezaba a perfilarse el perfil del pueblo (aunque es algo más grande que un pueblo) al que íbamos.

2/05/2006

Capitulo 13: C.S.I. (o C.S.NO)

La Dientes... la Dientes... la Dientes cojonuda... Eso cantaban las Orbit Girls antes de que a la tía tonta le diera por cruzar la calle sin mirar. Supongo que el hecho de que me persiguiera a mí, organizadora de todo aquello, me convierte en asesina. Hidrokiller. Cuidado nenas ¡que salpica!

- Nena ¿has visto lo que has hecho? -me decía la Pepi, al teléfono desde la otra acera: el lugar en el que ha estado toda su vida.
- No nena, no lo he visto. No lo he visto porque estaba corriendo como una loca y sólo he oído el "¡pumba!".
- Pues es una pena que no lo hayas visto porque ha sido espectacular. ¿Estará muerta? -preguntaba, mientras intentaba ver algo a través de la muchedumbre que se apelotonaba alrededor del ¿cadáver? de la Dientes.
- Claro que está muerta nena, le ha atropellado un Mégane. ¡Blanco! Si no la ha matado el golpe la ha matado el disgusto de que la atropellara un coche con tan poco glamour.
- ¡Pues mi padre tiene un Mégane Blanco! -gritó la Cindy por el teléfono.
- ¿Me tienes en el manos libres nena?
- Sí, así podemos apoyarte todas -dijo la Asdru.
- Muchas gracias nenas, sois todas un sol. Sois la vía láctea. Pero apaga el chisme ese que se va a enterar todo el mundo de que me iba persiguiendo. Esquivad a toda esta gente y reunámonos al lado de la muerta que tenemos que hablar.

Las cinco colgamos el teléfono y nos dispusimos a cruzar la marabunta de chafarderas, viejas y machos morbosos que se apelotonaban alrededor del Mégane Blanco que mató a la Dientes. Vale que no debería deciros que la Dientes ya estaba muerta porque en ese momento yo no sabía si la Dientes estaba muerta o no ¡¡¡pero es que está muerta!!! Y ahora que escribo esto ya lo sé, así que os lo digo antes para no ser mala persona y porque estoy aterrorizada y porque soy una asesina.

Llegamos al lugar de los hechos. En el centro del círculo de personas inhumanas que contemplaban el espectáculo estaba el coche, con un bollo en el capó y el parabrisas delantero roto; el conductor, que aún no se había bajado aunque la gente no paraba de gritarle y darle golpes en el coche como en la escena esa de La Guerra de los Mundos... y fíjate que el hombre tenía un aire a Tom Cruise y todo... Me imaginé que me subía en el asiento de la copilota, que las otras 5 se incrustaban en el asiento trasero y en el maletero y yo miraba a Tom Cruising y le decía: "Arranca Thelma!!!"

Dejé de fantasear en cuanto vi el cuerpo de la Dientes. Allí tumbado en el suelo.

Levanté la mirada y vi a las demás. Nos quedamos todas mirando en silencio, con la Dientes a nuestros pies.
- Bueno ¿ahora qué? -dijo la Cindy.
- Ahora deberíamos largarnos corr...-le respondí.
- ¡De eso nada! -las cinco pegamos un bote y algunas pegamos un gritito al oír aquella voz. Una mujer nos gritaba desde algún lugar de aquella jauría humana. ¡Eran los Ángeles de Charlie que nos habían localizado!.- Yo lo he visto todo y ¡la culpa es vuestra!

De entre la multitud surgió la persona que nos hablaba: no eran los Ángeles de Charlie. ¡Era una yaya! ¡La típica yaya chivata que lo casca todo y lo ve todo y lo sabe todo!

- ¡Te estaba persiguiendo a ti! -dijo la yaya, apuntándome con el dedo así (os estoy apuntando con el dedo)- ¡Seguro que le habías robado la cartera! ¡¡¡ESTE LE HA ROBADO LA CARTERA!!!
- ¡QUÉ VERGÜENZAAAA! -gritó alguien.
- ¡ROBARLE A UN MUERTO! -gritó otro alguien.
- ¡¿CUÁNTO LLEVA ENCIMA?!
- ¡Señora! -salió la Pepi en mi defensa- Que éste no le ha robado nada a nadie.
- ¡¿Y entonces por qué te perseguía este pobre chico?!
- Pueeeees... ¡Y eso ahora qué más da! ¡Lo importante es que ése -señalando al conductor- le ha atropellado!
- ¡Es verdad! -gritó la Asdru, para ayudarme.
- ...se me ha echado encima... -dijo el conductor del coche, que había bajado la ventanilla y sacaba la cabeza- ¡No tengo la culpa! Yo debería irme... llego tarde al trabajo... y no tengo la culpa y si me voy la policía no dirá nada porque por aquí pasan muchos coches...
- ¡Usted no se va a ninguna parte! -gritó alguien.- De aquí no se mueve nadie hasta que llegue la policía y se lleven a la puta esta a la cárcel.

Todos nos giramos, buscando a quién había dicho aquello. ¿Quién me llamaba puta?

- ¡¿Quién eres?!-preguntó la Pepi.- ¡Manifiéstate!
- ¡Soy yo, coño!
- ¿Quien es yo?-pregunté yo.
- ¡YO!

Cuando descubrimos quién hablaba todas volvimos a dar un saltito y un gritito al darnos cuenta de que la persona que me llamaba puta era... ¡LA DIENTES!

La muchedumbre se quedó en silencio al ver cómo la tía se levantaba tan tranquila y se sacudía la cazadora de "no-tan-súper-puta".

- ¡¡Está viva!! -gritó la Au Paire.
- Pues claro que estoy viva, imbécil.- respondió la Dientes, con muy poca amabilidad por cierto-. A mí no me mata un Mégane Blanco ni que me pase por encima siete veces.
- Pero esto es imposible...- dijo la Asdru, que se acercaba a ella como si se acercara a la polla de Nacho Vidal: ojos como platos y la mano por delante-. Ese golpe debería haberte provocado un traumatismo de consecuencias fatídicas, además de serios hematomas y múltiples fracturas.
- ¿Y tú quién eres? -preguntó la Dientes Viviente, porque claro ahora ya era como un zombi- ¿La Grissom? ¿O la rubia esa que se la chupaba?
- ¡Oye bonita! ¡No te metas con la Magneto! ¡Digo! ¡Con la Asdru! -dijo la Pepi, demostrando verdadero aprecio por sus amigos- ¡Que como te pases de lista la Hidro te parte la cara!
- ¡Serás puta! -grité yo- a mí no me metas en eso. Si esta pobre chica muerta quiere insultar a la Asdru ¡está en su derecho! La acaba de atropellar un Me...
- ¡Tú calla, puta! -me chilló la Dientes. A estas alturas huelga decir que la muchedumbre estaba totalmente alucinada con lo que estaba pasando. La Polly, que es así de buena persona, se dedicaba a explicarle a la gente que si venían al blog lo entenderían todo. Y me consta que más de uno ha venido a buscar la explicación a lo que vio... y a lo que pasó un momento después.
- Eres lo peor, Hidroboy. Desde siempre te has creído mejor que los demás. Tú ahí, subido a tu pedestal, poniendo a parir a todo el mundo creyéndote el centro del universo. Y no eres más que una marica mala.
- ¡Y a mucha honra!
- ¡¡Que te calles!! -chlló, toda histérica, sacando una pistola de la cazadora de "no-tan-súper-puta-pero-sí-zombie-psicópata"-. ¡¡¡¡¡CALLLAAAAAATEEEEEEE!!!!!!

Yo me cagué de miedo y me puse a gritar como una loca mientras la zombípata aquella me apuntaba con una pistola y me gritaba como el típico malo de peli de Tarantino que grita mucho antes de liarse a tiros.
-¡QUE SE LA CARGAAAAAAAAAAAA! -chilló la Pepi.
Las demás sólo pudieron chillar "¡AAAAH!" y a la Cindy la Au Paire le dio por ponerse a cantar la canción de los Goonies de la tensión.
- GOOOOOD ENOOOOOUUUUUGH!!! FOR YOUUUUUUUUUUU!!!
- ¡¡¡¡¡¡CALLAROS TODAAAAAAAS!!!!!! ¡¡¡¡PUTAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!

¡PAM!

O ¡PUM!

Bueno no sé, el ruido que sea que hace un disparo.

La gente se tiró al suelo y gritaron todos asustados. La bala atravesó mi cuerpo, yo fui al cielo y le pedí a Jesucristo un ordenador para escribir el blog pero me dijo que los habían quitado porque a los curas les gustaba mucho mirar porno y se los habían mandado a Lucifer. Así que me fui al infierno y me puse a escribir.

Mentira.

El cuerpo que atravesó la bala fue el de la Dientes.

Alguien, desde algún lugar, le había pegado un tiro. No debió ser desde muy lejos, seguramente desde detrás mío porque me zumbaban los oídos. Me levanté corriendo y me giré, esperando ver quién se la había cargado... pero sólo vi a la Yaya Chivata espatarrada en el suelo entre dos chicas cargadas con bolsas del Stradiovarius.
Por el fondo, calle Pelayo o así, se acercaba una ambulancia.
Yo veía que las luces brillaban pero no oía la sirena. De hecho no oía una mierda.
De repente alguien me cogió del brazo y me giró.
Todo esto si os lo imagináis a cámara lenta y con una tía berreando de fondo queda súper guay. Yo no lo viví a sí, porque la Pepi me había cogido del brazo y me zarandeaba como si le fuera la vida en ello, y la tía que berreaba era ella. Y creeme si te digo que prefiero a Lisa Gerrard.
Aunque como yo estaba sorda sólo oía sus berreos muy lejanos.

Mientras ella me agitaba como Fernando Alonso agita la botella de champán cuando gana, me fijé en lo que pasaba a mi alrededor. La Cindy seguía cantando, creo que ahora había pasado al Girls just wanna have fun, y las chicas Orbit le hacían los coros. La Polly estaba tirada en el suelo, y la Asdru estaba ayudando a la Yaya Chivata a levantarse. Siempre tan buena ella... me dejé una nota mental: cuando termine todo esto follaremos.
También vi a la ambulancia, parando en medio de la calle. De ella se bajaron dos chicos, corrieron a la parte de atrás y abrieron las puertas para sacar la camilla.
A todo esto la Pepi seguía interpretando su particular versión de Gladiator.
Los dos camilleros cogieron el cuerpo de la Dientes, lo subieron a la camilla y lo metieron en la ambulancia. Volvieron a la parte delantera de la ambulancia y se dispusieron a subirse.

Fue entonces cuando me di cuenta de que los dos me resultaban familiares.

Justo antes de entrar en la ambulancia los dos me miraron.

Se me heló la sangre. Se me pusieron los pelos como escarpias y me puse tan nerviosa que le solté una galleta a la Pepi en toda la cara. Gladiator se convirtió en La Pasión de Mel Gibson.
Los ambulancieros (¿eso existe?) se subieron a la ambulancia, encendieron la sirena y arrancaron. Se largaron a toda hostia.

- ¡Coño nena! ¡No hacía falta que me pegaras!
- ¡LA AMBULANCIA! ¡LA AMBULANCIA! -gritaba yo, toda histérica.
- ¡¿Qué pasa con la ambulancia?! -preguntó la Polly, que ya se había levantado.
- ¿Habéis visto quiénes eran? -dije yo, aún histérica.
- ¿Yorch Cluni y Noa Guaily? -preguntó la Pepi.
- ¡NO! -exclamé- ¡¡¡¡¡ERA EL TAXISTA QUE NOS DROGÓ!!!!!
- ¡Al igual! -dijo la Pepi.
- ¡SÍ! ¡PERO EL OTRO... EL OTRO...!
- ¿El otro qué? -preguntó la Asdru, que ya había terminado de socorrer a la Yaya.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ERA LA I-NENA!!!!!!!!!

¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

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