« Home | Capítulo Dos: ¡Y siempre estoy en un wáter! » | Capítulo Uno: De vuelta a la vida » | KILL PILI: VOLUMEN 2 » | EPÍLOGO » | Capítulo 31: Víboras en vuelo » | Capítulo 30: Aterriza como puedas » | Capítulo 29: Estoy bailando » | Capítulo 28: Un avión y un misil » | Capitulo 27: Round One... FIGHT!!!! » | Capítulo 26: Putas a la carrera »

Capítulo Tres: Vuelve, a casa vuelve...

Después de llegar a la conclusión de que nuestros súper poderes eran una mierda, me fui a mear a un baño en el que una rubia de dos metros más mecanizada que el Corto-Circuito me amenazaba de muerte. Para no aterrar a mis amigas las Mari-Fantástikas (con K de Kylie!) decidí callarme y nos dispersamos (como los Hombres de Harrelson) para prepararnos que esa noche ¡acababa el año!

No sé si al final Piluca y las demás cogieron el autobús o no. Yo acabé yéndome en taxi, porque me dio la gana y porque desde que vi las seis temporadas de Sexo en Nueva York decidí que si Carrie Bradshaw tiene para subirse a un taxi justo antes de cada pausa publicitaria ¡yo también podía!. Al llegar a mi casa y abrir la puerta me di cuenta de que hacía tanto tiempo que no entraba que seguramente al abrir la puerta me pasaría como a la niña de Las Crónicas de Narnia y acabaría en un mundo multicolor… ¡porque vete a saber lo que había detrás de aquella puerta!
Y es que, echemos cuentas: desde que me drogaron en el Arena que no pasaba por mi piso. Es lo que tiene ligarse a un maromo de dos por dos con pisazo en el Borne (el barrio, no el espía) que te olvidas de tu morada y de tus dvd’s y tus consolas y te dedicas a follar como una perra entre sábanas de seda.
Abrí la puerta poco a poco con miedo de que algún fauno o algún teniente coronel de las fuerzas armadas (y olé) me diera un capón y me secuestrara para meterme en una mazmorra, pero no. Lo único que había allí esperándome era la oscuridad absoluta. Eso, sumado a las tres toneladas de correo que había recogido del buzón, me hicieron sentir como cuando Lara Croft vuelve de uno de esos viajes espirituales que se pega la tía puta a costa de la fortuna de sus padres y que sólo le sirven para recrearse viendo chulazos ¡pero no follándose a ninguno!
Basta de tonterías Hidro, tenemos trabajo.
Lo primero, abrir las cortinas. De repente tuve un impulso que no pude resistir: tiré mi bolso al suelo y corrí hacia el comedor gritando:
- ¡LAS CORTINAS! ¡¡¿DÓNDE ESTÁN LAS CORTINAS?!!
- Pues dónde van a estar –respondió mi madre, sentada en el sofá-. Colgadas. ¿Estás bien, hijo mío?
- Joder mama, llevo tanto tiempo durmiendo en casa de Héctor que ya había olvidado lo que es vivir con vosotros.
- Y yo preocupada porque pensaba que te había pasado algo. Desde que vi por la tele lo del festival ese donde se estrelló el avión y mató a la Malena Gracia. Fíjate que pensaba que estabas allí y te había pasado algo.
- Mama, por favor. Sabes que yo nunca iría a un concierto de Malena Gracia.
- Hombre, fuiste a uno de las Bananarama, que no sé qué es peor.
- La Malena Desgracias, sin lugar a dudas. ¿Se puede saber por qué coño había este montón de correo en el buzón?
- Pues porque el único que tiene copia de la llave eres tú.
- Ah, es verdad.
- ¿Hay alguna carta para mí? –preguntó ella.
- No. Aquí hay… una de mi trabajo (será la carta de despido…), una de ONO… ¿has pagado el recibo? –asintió-. Una de Finconsum… joder qué pesaos, a ver si se enteran de que NO PIENSO PAGARLES EL PLASMA.
- Han llamado hace un rato preguntando por ti.
- ¿Ah, sí? ¿Quién era?
- Ni idea, cuando he dicho que no estabas han colgado.
- Se habrán equivocado.
- Claro, y por eso preguntan por ti. Hijo mío, si no fuera porque te quiero como si te hubiera parido, pensaría que cada día eres más tonto.
- Oye mama, que he pasado por una experiencia traumática que casi me cuesta una vida ¡y parte de la siguiente!, así que no te metas conmigo y plánchame la camisa de Boss que esta noche me voy de fiesta.
- Y lo bien que estaba yo sin ti…

Mientras mi madre me planchaba la camisa me fui a la habitación del ordenador para navegar un rato por Internet, chatear con la puta de la Dolly para descubrir si ya se había cargado a la puta de la Agapita y con la Nacha, a ver si ya se había quedado calva; me bajé un par de canciones nuevas, me leí los titulares de ElPais.es (que es una mierda de periódico on-line pero ya venía instalado con el Navegador –debí descargarlo de PSOE.es, porque sino no lo entiendo) y me metí en el Google en busca de robots de tamaño real.
Fue lo único que se me ocurrió. Quería saber si existían empresas en el mundo que fabricaran muñecos tan reales como aquel que había visto. Pero no, lo único que encontré fueron fotos de muñecajos que parecían los ancestros de Robocop, una web de fans de la película A.I. y un montón de frikis enfermos que hablaban sin parar de Blade Runner y no sé qué tonterías más.
¡Frikis enfermos! Eso era, tenía que hablar con la Mari-Nokia, que era mejor que el Google en lo que a temas absurdos se refería y preguntarle por robots de rubias gigantes con ganas de matar gente. Pero tenía que recordar apagar el Bluetooth del móvil por si le daba una descarga o algo.

Me di una ducha mientras castigaba los oídos de mi pobre madre con uno de los A Petarda No Me Ganas y no me dio tiempo a ponerme el albornoz que ya me estaba sonando el móvil.

The phone is ringing, the clock is tickiiiing just let me out…

- Digamelooooooon –descolgué.
- ¿Hidro-nena? –preguntó una voz, que no reconocí.
- Esa soy yo. ¿Quién eres tú?
- ¿Quién eres tú?
- ¿Perdón?
- Hola.
- Ay madre, no me jodas que ahora además de agregarme al Messenger a todos los locos del mundo les va a dar por llamarme al móvil.
- Hola ¿Hidroboy?
- Que sí coño, que soy yo.
- ¿Qué tal?
- Hasta los huevos de ti, bonita.
- Te vamos a matar.
- ¡Uy lo que ha dicho!

Y colgó.

Yo me quedé toda flasheada con el teléfono en una mano, mirándolo sin saber qué hacer. Una mano me cogió del hombro.

- AAAAAAAAAAAAHHHHH!!!! –grité.
- ¡¿Pero qué paaaaaaasa?! –preguntó mi madre.
- Huala mama, qué susto me has dado.
- Sólo te traía la camisa. Jomío, qué sensible estás. ¿Te estás metiendo algo?
- No mama no, no me meto nada. De drogas, quiero decir. Es sólo que estoy un poco nervioso por todo lo de la primera temporada.
- ¿La Primera Temporada? ¿De House o de Mujeres Desesperadas?
- ¡De Perdidas, no te jode! –y la mujer se dio la vuelta y se fue al comedor a ver el canal FOX. Qué obsesión con las series de verdad.

Me vestí (me puse monísima de la muerte) sin poder sacarme de la cabeza tantas amenazas de muerte. ¡Ni a Whitney Houston en el Guardaespaldas se la tenían tan jurada! Además, ella tenía al Frank para protegerla. Y tenía a su productor musical con más años que matusalén para componerle un Hit. Y un grupo de médicos que le operarían sus tumores fibrosos. Y a Bobby Brown en la caravana preparándole la cocaína.

¿Y qué tenía yo?

¡Prisa! ¡Que llegaba tarde a casa de Héctor!

¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

Links

Google Docs y Hojas de cálculo: procesamiento de textos y hojas de cálculo en la web. Editar esta página (si tienes permiso) |