8/17/2006

Capítulo 31: Víboras en vuelo

¡SORPRESA! Todos creíamos que la historia iba a acabar en el capítulo 30 pero… ¡NO! En un giro inesperado de los acontecimientos descubrimos que la M&M tenía un plan secreto que ha alargado nuestra agonía. El avión iba a explotar, el misil iba a acabar con las Maricas en los Monegros y la M&M tenía secuestradas a las tres Marías en la bodega del avión. ¡¿Dónde está Brian Synger cuando se le necesita?!

- Pues no está tan mal esto, tía –dijo la Gigi, después de coger un cubata de garrafón de uno de los puestos del Monegro’s Queer Festival (Sí, es que tenía muchos nombres).
- Pero hace mucho calor tía. ¡Anda mira! Esos de ahí son los del canal de #Queerasfolk del IRC. Qué monos ellos con sus camisetas todas iguales. –respondió la Dolly.

- ¡Van a morir todos! ¡Eso no formaba parte del plan! –me gritaba Piluca, mientras corríamos como locas por todo el avión-. ¡Sólo teníamos que convertirlas en mejores maricas!
- ¿Y quién eres tú para decidir quién es una buena marica y quién no? –le pregunté.
- No me vengas con correciones políticas Hidro, que te conozco. Que tú eres la primera que con el rollo Cool miras tanto a la gente por encima del hombro que se te ha quedado el cuello así torcido y todo.
- Pues también es verdad.
Seguimos corriendo como dos posesas arriba y abajo ¡y no encontrábamos la puta entrada a la bodega!
- ¡Tía, piensa! –dijo Piluca. Y luego le entró la risa. Le solté un sopapo, por lista.
- A ver, piensa en la peli de la Jodie Foster.
- ¿Qué peli? –preguntó.
- La de la niña que desaparece y luego no la encuentra y la tía se monta una paranoia.
- No me suena.
- Sí tía… Jodie Foster, Peter Saarsgard, Marisa Paredes… ¡y Sean Bean! ¿Qué pasa? ¿Qué en Murcia no tenían cines o qué?
- Bueno, hay uno, pero aún están repitiendo Star Wars.
- ¡Así les va! ¡Sígueme!

Recordando todas las películas de aviones que había visto (menos Turbulence, que sólo me faltaba un psicópata persiguiéndome; ni Snakes on a Plane, que aún no la hemos visto pero tampoco necesitábamos víboras en el vuelo) desglosé mentalmente la estructura de un avión y acabé dándome cuenta de que no tenía ni puta idea de dónde estaba la entrada a la bodega.
- Joder tía –dije yo-. No debe ser tan complicado si esas tres locas la han encontrado.

De repente, una voz surgió de los altavoces que había por todo el avión.

- Queridas, soy yo.
- ¡Es Marta Sánchez! –gritó la Pepi, de fondo. Y a las otras dos les entró la risa.
- ¡Callaros, coñññññño! – gritó la M&M-. Supongo que si aún no estáis aquí es porque no habéis encontrado la entrada a la bodega. Como tenemos algo de prisa, os diré la forma más rápida de llegar porque me van a dar las uvas y me gustaría mataros antes de que explote el avión y nos vayamos todas ¡¡A TOMAR POR CULO!!
- Tampoco es para ponerse así –dije yo.
- Así que, si no os importa, id directas al final del pasillo y cruzad la puerta que hay en mitad de la pared, que está pintada igual que la misma ¡PORQUE ES UNA PUTA PUERTA OCULTA, HOSTIAS!

Y cortó la comunicación.
- Sigo pensando que tampoco es para ponerse así.

Piluca y yo salimos corriendo hacia la puerta oculta.
- Además, esto le pasa por gastarse la pasta en gilipolleces como ocultar una puerta ¡cuando podría estar apadrinando niños de esos del anuncio que ponen cuando te estás comiendo el Petit Suisse!

Al abrir la puerta oculta encontramos una escalera metálica. La bajamos todo lo deprisa que pudimos hasta que Piluca se tropezó y cayó encima de mí y entonces la bajamos ¡aún más deprisa!
Una vez incrustadas en el suelo, nos levantamos y descubrimos que habíamos llegado a la bodega. Estábamos en el culo del avión, el sitio este que luego se abre una compuerta gigante y empiezan a caer paracaidistas, coches, helicópteros o lo que sea que el productor esté dispuesto a pagar.
En este caso al productor sólo le llega para poner un misil y un montón de maricas.

- Ya era hora, coño –dijo la M&M.
- No tengas tanta prisa bonita –le dije yo-. Que para lo poco que te queda en este mundo…
- ¿Me estás amenazando?
- No. Te estoy cantando una saeta. ¿A ti qué te parece, so lerda?
- Hidro tía –dijo la Pepi-. No la pongas nerviosa ahora que no sé si te has fijado en el PISTOLÓN que tengo apuntándome a la cabeza.

Y era verdad, a la Pepi le había salido una protuberancia en forma de cañón de recortada que terminaba en forma de gatillo justo en el dedo de la Murciana Mala.

- ¿Queréis decir vuestras últimas palabras antes de que…
- ¡SEÑORRRRRRRRRR! –gritó una mujer. Yo pensé que había sido la Pepi o la Cindy, pero resultó que no. De detrás del misil surgieron las Frankfurt-. ¡¡El Grrrran Misssssil ha comenssado la cuenta atrrras!!
- ¡¡Pero bueno!! –gritó Piluca-. ¿Qué hacen estas dos bolleras aquí?

Le echó tal mirada de furia a la M&M que yo creo que le llegaron las ondas gamma y todo al cuerpo porque la tía dio así como un respingo para atrás que a mí hasta me dio cosa, fíjate.

- Tranquilo Lucas… te lo puedo explicar…
- ¡Más te vale, puto Critter de los cojones! Osea, que a mí no me puedes explicar el verdadero plan y a estas dos camioneras sí ¿no?
- Es que… no es todo tan fácil como piensas… en realidad ellas ¡también iban a morir!
- ¿QUÉÉÉÉÉÉÉ? –gritaron las dos lesbianas al unísono bávaro. Pero la M&M estaba tan preocupada por la ira que surgía de Piluca que no les prestó atención. De hecho hasta yo me preocupé por la ira que emanaba ¡y es que me acordé de la loca del final de X-Men 3 y casi me da un pasmo!
- Lucas… sabes que te quiero… Nadie me ha hecho sentir tanto placer como tú…
- ¡PUAAAAAAAAAJS! –gritaron la Cindy, la Pepi y la Asdru a la vez.
- Sí nenas, Piluca ha perdido todo el glamour que tenía. Tanto lifting y tanta hostia para acostarse con Gizmo –dije yo. Aproveché para meterme con Piluca ahora que no me prestaba atención.

¡PLAFF!

Vaya, pues sí que prestaba atención, menuda hostia me soltó la cabrona.

- Yo confie en ti –comenzó a decir Piluca-. Creí en tu mensaje y en tu misión. Pensé que estábamos creando algo juntos.
- ¡Pero me has traicionado! –exclamó la M&M.
- Sí coño, pero fue hace 2 capítulos. ¡Me he tirado 28 capítulos (y lo que no está escrito) haciendo todo lo que me pedías! ¡Y así es cómo me lo pagas! ¡Salvando a las Frankfurt!
- ¿Porrrqué nos llamasss Frankfurrrt? ¡Nosotras somos de Schwëpfrinhagen! –dijeron las dos al unísono.
- ¿Estas dos siempre hablan así, juntas? –le pregunté a Piluca-. Por Dior, qué dolor de cabeza sólo de imaginar que las aguantaste tanto tiempo viviendo en el mismo piso.
- ¡Tú ser maricón de mierrrrda! –me insultaron.
- Sí –dije yo-. Soy un maricón de mierda. Todos los que estamos aquí somos unos maricones de mierda. La cuestión es ¿quién seguirá siendo un maricón de mierda cuando ¡¡ACABE EL CAPÍTULO!!?

Y dicho esto hice un movimiento de karate Jamematen que Piluca se quedó con los ojos que le hacían chirivitas, de una patada voladora y giradora a lo Chuck Norris le arranqué a la M&M la escopeta de entre las manos.
Las Frankurt se lanzaron hacia nosotros pero la Cindy y la Pepi (que se habían desatado mientras Piluca hacía tiempo discutiendo con la otra) se interpusieron en su camino y empezaron una lucha despiadada por sus vidas.
Yo comencé a pelear mano a mano con la M&M. Esquivé puñetazos, patadas y escupitajos; pero no conseguía darle ni un solo golpe. La tía puta era tan pequeña que no había manera de acertar.
La Asdru se lanzó hacia el misil y se enganchó al panel de control. Había una pantalla con números de color rojo que iban descendiendo ¡una cuenta atrás!
- ¡Es una cuenta atrás! –gritó la Asdru.
- ¡Ya lo ha dicho el narrador, neeenaaaa! –grité yo, y por despistarme me llevé una hostia en toda la jeta.

La Pepi y la Cindy luchaban como perras contra las Lesbianas Alemanas. Como esas eran bávaras y eran tamaño XXL pues no tuvieron problema para arrearles unas buenas hostias. De repente una bávara agarró a la Pepi de la cresta:
- ¡Aaaaaaaaaarrrgggh! ¡QUÍTAMELOOOOO! ¡QUÍTAMELOOOO! –gritaba desconsolada a lo Yola Berrocal.
- Wait a momeeeeeeeent –screamed the Cindy.
Se lanzó como una loca contra las dos Lesbianas Alemanas, saltó en el aire empezó a dar vueltas y consiguió incrustar sus dos piernas en los ovarios de las Frankfurt, una salió disparada contra la pared del avión y la otra se dio un golpe en la cabeza contra el misil.
- Fuck you, truckers!
- Cindy tía ¿qué te pasa? ¿Por qué hablas en inglés? –preguntó la Pepi, mientras se levantaba.
- ¿Qué dices tía? Estaba hablando castellano. He dicho: “Joderos, camioneras”
- Si tú lo dices…

Yo seguía peleando como loca contra la M&M, pero la puta enana debía inyectarse todos los esteroides del mundo porque no había manera de tumbarla. Poco a poco me fue acorralando contra la escalera. ¡Yo no quería subirla! ¡Subir escaleras no tiene glamour!
- Vas a morir ¡subiendo una escalera putaaaaaaa! –me gritó la M&M.
- ¡NO! –gritó Piluca.
Inesperadamente junto a la sien de la M&M apareció la misma protuberancia que minutos antes tenía la Pepi en su cabeza. Ahora era Piluca la que encañonaba a la M&M.
- Aquí la única que va a morir eres tú.
- No puedes hacerlo Lucas. ¡Sabes tan bien como yo que la Operación ha de llevarse a cabo!
- ¡La única operación que se va a llevar a cabo aquí es tu lobotomía, perra! –gritó Piluca.

Pero justo en el momento en que Piluca iba a apretar el gatillo todos oímos ¡UNA EXPLOSIÓN!
Uno de los motores del avión estalló en mil pedazos y el aparato se ladeó hacia la derecha. Piluca perdió el equilibro y el disparo cruzó la bodega e impactó en una caja metálica que se abrió y dejó caer un montón de botes de cristal que estaban conectados a unos tubos que iban al conducto de ventilación ¡eran botes de Mega-Gas!
¡Y no sé por qué coño me emocioné tanto al verlos!

La M&M aprovechó el desequilibrio de Piluca para darle una patada en el estómago y apartarla. Metió la mano en el bolsillo de su cazadora y sacó una especie de cuchilla afilada, la levantó y se lanzo contra Piluca.

- ¡NOOOOOOOOOO! –grité yo y pegué un salto impulsándome en los escalones que salí volando, agarré a la M&M por la cintura que se llevó tal golpe que soltó la cuchilla. Caímos al suelo, yo encima suyo. La estiré bien, le pegué un par de puñetazos en la cara y me puse a horcajadas sobre ella.
- ¡Suéltame! ¡Suéltameeeee! –gritaba, como una perra.
- Estoy… hasta… los… COJONEEEEEEEES… de ti –le grité en toda la cara.
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a matarme? ¡No tienes huevos, BUJARRÓN!

¡¡¡¡¡BUJARRÓN!!!!!
¡¡¡Me llamó Bujarrón!!!

Acerqué mi cara a la suya hasta tal punto que casi le saco un ojo con las pestañas.

- Mira, hija de la gran puta, te voy a inyectar tanto Mega-Gas en vena que te vas a volver tan yonki que vas a acabar recogiendo más basura que Boy George después de comerse a Whitney Houston ¡¡¡ZORRAAAAAAAA!!!

Y dicho esto alargué el brazo, cogí uno de los botes de cristal que pululaban por el suelo y se lo incrusté a la M&M en la boca. El líquido empezó a entrarle por todos los agujeros de su cara hasta que quedó toda empapada como Paris Hilton en el video porno. Su respiración empezó a entrecortarse y tosió y se retorció entre mis piernas (como tantos otros antes…) hasta que cerró los ojos y se quedó muetta, tirada en el suelo.

- ¡Hidro! –gritó Piluca detrás de mí.
- ¡¡Ole la Hidro y la madre que la parió!! –gritó la Pepi-. ¡Qué reina que es y qué guapa!
- ¡¡¡Olé!!! –gritó la Cindy.
- Ole –dijo la Asdru, desde detrás del misil, que no sé qué coño hacía aún ahí.
- ¡Y reina, y guapa! –siguió gritando la Pepi.

Yo me levanté y miré a mi alrededor. La M&M estaba muerta a mis pies y las Frankfurt estaban inconscientes por ahí tiradas como las perras que eran. Piluca me miraba desde un lado de la bodega y junto a ella la Cindy y la Pepi saltaban y aplaudían como dos locas.

- ¡Y reinaaa, y reinaaaa, y reina reina reinaaa! ¡Y guapa, y guapa, y guapa guapa guapaaa! ¡Viva la Hidro y viva su blog! ¡VIVAAAAAA!
- Vale nenas, dejadlo ya.
- ¡VIVAAAAAAA! ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!! ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
- ¡Que lo dejéis ya coño!
- ¡¡¡¡AAAAAAAAAAH!!!! –gritó también Piluca.
- ¡Tía! ¿Tú también estás enganchada al Youtube?
- ¡Que no mariconaaaa! ¡¡Detrás tuyoooooo!!

Me giré poco a poco y vi que la puerta trasera del avión se empezaba a abrir y dejaba ver el cielo y las nubes y las compresas y toooodoo el espacio que había entre el avión y el suelo.
También pude ver (¡no sé cómo no me fijé antes!) que tenía mirándome cara a cara a la M&M, que no sólo no había muerto sino que además había crecido. También tenía la cara roja y los ojos inyectados en sangre.

- No lo entiendes, maricón –me dijo.
- Pues no, la verdad, no lo entiendo –respondí, educadamente.
- Todas las versiones del mega-gas han pasado por mí. ¡Soy inmune! ¡Lo único que has conseguido es modificar mi ADN y convertirme en un ser ¡aún más grande! ¡¡¡SOY INMUNEEEEEE!
- ¡Pues inmunízate a esto! –gritó Piluca, que apareció a mi lado, le plantó la recortada en la cabeza y apretó el gatillo.

Yo oí: ¡PLAM! Y noté un montón de cosas que me caían encima. Presumí que eran los sesos de la M&M.
Me pasé la manga por la cara y pude limpiarme los ojos para ver cómo el cuerpo (sin cabeza) de la M&M se desplomaba y caía rodando por la rampa de lanzamiento, que ahora estaba abierta del todo, y salía volando del avión.

- ¡OLE PILUCA Y LA MADRE QUE LA PARIOOOOO! –gritó la Pepi.
- ¡Oleeeeee! –gritó la Cindy.
- ¡NO EMPECÉIS NENAAAAAAS! –grité yo y les corté el rollo.
- ¡¿Alguien puede echarme una mano?! –gritó la Asdru, que nos la habíamos olvidado.
Todas corrimos a donde estaba, allí detrás del misil (por si vosotras también os habíais olvidado de ella) y la rodeamos.
- ¿Qué? –le preguntó Piluca.
- ¡No sé tía! Yo estoy aquí haciéndome la científica inteligente ¡y no tengo ni puta idea de parar un misil! –gritó ella, desquiciada.
- ¡Pues no lo pares! –grité yo.
- ¡Sí hombre! ¡Y nos cargamos a las maricas feas!
- Pues sí. ¡No serán tantas!

- Más de quincemil personas se han reunido hoy en el desierto de los Monegros para celebrar el Maricas en los Monegros, el primer festival gay desértico –decía Matías Prats, en las noticias de Antena 3.

- Pues qué quieres que te diga, si han ido la mitad de mis ex seguro que está lleno hasta arriba –dijo la Pepi.
- Está bien, detengamos el misil –dije yo. Y me lancé corriendo a coger a una de las Lesbianas Alemanas, la que estaba menos perjudicada. Le arreé dos hostias para que abriera los ojos.
- ¡Tú! ¡Bollera! –le grité-. ¡Despierta, coño!
La Lesbiana Alemana me miró con el ceño fruncido.
- ¿Qué quererrrrrr?
- ¿Cómo coño se para el misil?
- ¡El Misssssil no puede pararrrr! Estar programado para explotar en coordenadas exactas ¡igual que afión!
- ¡Tiene que haber un modo de detenerlo! –gritó Piluca.
- HUALA NENA, qué de peli de catástrofes te ha sonado eso –le dijo la Pepi.
- Mira, bávara –le dije a la Alemana-. O me dices ahora mismo cómo se para el puñetero misil o te juro por lo que más quieras que…
- No me da miedo moriiiirrrrrr. Estoy prreparrada para ofresser mi vida por el Objetivo Final.
- ¡Aaaaarrrggggh! ¡Déjate de monsergas, Tom Cruise! ¡O me cuentas ahora mismo cómo se desconecta el misil o te meto el misil, el avión, la tercera pista del Prat y el personal de tierra por el coño!
- ¡Están de huelgaaaaaaa! –gritó la lesbiana.
- ¡Que me lo digaaaaaaaaaaaaaaaaas! –grité yo, tan fuerte que hasta me dolió la cabeza.
- No poder pararr misil –dijo la otra lesbiana, que se estaba despertando-. Pero poder cambiar coordenadas.
- ¿Qué dice esta ahora? –preguntó la cindy.
- Si tu poner fuente de calor cerca de núcleo, procesador calentarse mucho.
- ¿Y eso?
- Dentro de misil haber una Playstation Tres, que se calienta mucho y produse fallos.
- ¡Ya decía yo! ¡Si es que hay que comprarse una Xbox 360!
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- ¿Y de dónde sacamos una fuente de calor que engañe al procesador del misil?
- ¡Oh, Inga! –gritó la Lesbiana que estaba en el suelo-. Ponerme tanto verte traisionar tus valorres.
- ¿Pero qué coño es esto? –dijo Piluca.
- Sentirlo mucho, Ilsa, pero yo ser buena persona.
- Lo sé, Inga. Por eso te amo tanto.
- ¡Yo también te amo, Ilsa! ¡Qué calor siento entre tus brazos!

Yo miré a todas las demás con la ceja levantada, y todas entendieron lo que quería decir. Las dos lesbianas corrieron la una hacia la otra y se fundieron en un abrazo.
Y así se quedaron, porque las aprisionamos entre los 5 Jackson’s Good Five, las atamos al misil tal cual estaban abrazadas y las vimos salir disparadas por el culo del avión.

- ¡Rezad para que se pongan cachondas! –grité yo.
- Tranquila –dijo Piluca-. Las Alemanas son muy fogosas.
- ¿Y tú cómo lo sabes? –preguntó la Pepi y Piluca miró hacia otro lado.
- ¡Vamos a parar este avión! –gritó.
- ¡No me jodas que también te acostaste con ellas! –le grité.
- ¡Tenemos que parar el avión! –volvió a decir.
- ¡QUÉ AAAAAAAAAAAAASCO!

El misil lesbiano surcaba los vientos a toda velocidad mientras Ilsa e Inga se lanzaban apasionados besos la una a la otra. En el interior del misil el chip Cell empezaba a sobrecalentarse por culpa del calor humano que desprendían las bávaras hasta que de repente un circuito se incendió y ¡Pumba! Todo el cohete estalló en mil pedazos.
- ¡Mira Dolly, tía! –gritó la Gigi-. ¡Fuegos artifaciales!
- ¡Artificiales nena! ¡Artificiales! ¡Facial es el lifting que se ha hecho Karina! ¡ORDINARIAAAAAAA!

Mientras tanto, a 10.000 (¡o más!) metros de altura, las 5 maricas corríamos como poseas hacia la cabina del piloto. Una vez en ella, nos miramos unas a otras.

- ¿Y ahora qué hacemos? –preguntó la Pepi.
- ¡Intentaré cambiar el rumbo! –gritó Piluca.
- How? –preguntó la Cindy.
- ¡Ya estás hablando otra vez en inglés! –gritó la Pepi.
- ¡Dejadme pensar! –gritó Piluca.
- ¡No estaba hablando en inglés! –dijo la Cindy.
- ¡Va nenaaaas! ¡Concentráos! ¡Tenemos que encontrar la manera de parar esta avión! –grité yo.
- Hidro… -dijo la Asdru.
- ¡No nena! ¡Ahora no!
- Hidro… -dijo la Pepi.
- ¡Que os concentréis coño! ¡Que tenemos que encontrar la manera de parar este bicho!
- ¡Es que ya está parado! –gritó la Asdru.
Miré por la ventanilla. Las nubes estaban quietas, y el suelo que se veía estaba allí… al o lejos… inmóvil…
- ¿Pero qué…? –pregunté.
- Nena ¡Piluca! –dijo la Cindy.

Las cuatro rodeamos a Piluca. Estaba sentada en el asiento del Piloto, con los ojos cerrados. Su pelo se movía en unas suaves ondas y de toda ella emanaba una especie de fulgor que parecía que se había caído en una cuba de Herbal Essences.
- Hidro… -oí que decía. Pero no movía los labios-. ¿Me oyes?
- Sí nena… te oigo…
- Ahora os sacaré de aquí…
- ¿Quién coño habla tía? –preguntó la Pepi-. ¿Doña Rogelia?
- Callad coño –volvió a decir la voz de Piluca-. No sé cómo lo estoy haciendo pero mi mente está controlando todo lo que ocurre.
- ¿Qué te has fumado nena? –le dije yo a la voz.
- Nada coño. No sé qué coño pasa pero puedo hacerlo. Confiad en mí.

Una luz blanca empezó a emanar del cuerpo de Piluca. Yo puse mi cara de “¡He visto a la virgen!” (que también es mi cara de “¡No puede caber aquí!”) y noté como el calor entraba por todos los poros de mi cuerpo.
Una sensación extraña, como cuando estás dormido y te cogen en brazos…

Y de repente ahí estábamos todas, sentadas en los sofases y sillones mega-fashions del salón de Héctor.

8/13/2006

Capítulo 30: Aterriza como puedas

Después de ver Brokeback Mountain, Piluca decidió que estaba harta de ser la mala y se volvió buena. Se cargó de un par de tiros a la Brishka y a la Piercing (que es el personaje secundario con menos papel de la historia de los blogs-ficción) y se lanzó contra una puerta ¡en busca de la libertad de las maricas de Barcelona! ¡Ni Pedro Zerolo nenaaaaaaaa!

- ¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!! –gritaba Piluca, mientras corría hacia la puerta.
- ¡¡¿¿Pero qué paaaaasa??! – berreó la Pepi, histérica perdida.

Piluca corrió y corrió (es que era una sala de reuniones muy grande en un avión muy grande) y ¡por fin! llegó a la puerta.

¡PLAF!

Se pegó tal hostia contra la puerta que rebotó y cayó de bruces al suelo. La Pepi, la Cindy y la Asdru se levantaron de sus sillas y se acercaron a mí, que estaba recogiendo a Piluca.
- ¡Piluca! ¡Piluca! –le decía yo.
- ¿Y mi kimono, tía? –preguntó Piluca, que estaba medio flipada.
- Pero nena –preguntó la Cindy-. ¿Qué pasa?
- Pues nada tía, que Piluca se ha dado cuenta de que ser mala queda muy cool pero ser mala de verdad es una mierda y como le gustan las Shimai…
- Sí tía, es que son lo más –me cortó la Pepi.
- …pues que se ha vuelto buena y nos va a ayudar.
- Ah, qué bien –dijo la Asdru. Me lanzó una mirada extraña, mezcla de decepción y de terror que me hizo darme cuenta de que ya era hora de terminar con aquella tensión sexual.
- Asdru, ven conmigo un momento.
La cogí del hombro y me la llevé a la otra punta de la sala.

- Nena, éste es el último capítulo y no podemos alargarlo más.
- ¿De qué me hablas? – se hizo la tonta.
- De lo que sientes por mí.
- No siento nada por ti.
- Vale, es cierto que la historia se ha descontrolado un poco y a estas alturas ya nadie se acuerda de lo que pasó hace 20 capítulos pero yo SÍ. Y recuerdo perfectamente que me gritaste que estabas enamorada de mí.
- Ah… ya…
- Además desde que me tiré a Héctor estás que no dices ni mú.
- Es que no tengo nada que decir.
- Y ahora que Piluca se vuelve buena me miras con esa cara como si te temieras que al salir por esa puerta nos fuéramos a fundir en un beso y a follar como perras en la cola del avión.
- Es que…
- Es que nada. Tía, eres guapo. Joder, parezco la loca de Ana Botella. Pero entre tú y yo no puede haber nada.
- ¿¡Por qué?!
- ¡Porque ya pasan bastantes cosas en mi vida como para liar más a la gente! ¿Te importa si te dejo en standby un rato… no sé… hasta la cuarta o la quinta temporada (si llegamos, porque a este paso habremos muerto de viejas antes de que termine el Epílogo) y entonces ya vemos lo que pasa?
- No sé… es que yo lo que siento es algo muy profundo…
- Pues ya está nena. En la cuarta temporada nos vamos a rescatar al Titanic y me lo cuentas. Ahora vamos a parar este puto avión de una vez por todas.

Y dicho esto, zanjamos el primer cabo suelto de esta historia. ¡Que esto no es Perdidos nenas!

Las dos volvimos con el grupo. La Cindy y la Pepi no paraban de darle abrazos a Piluca, que se las miraba con una cara de asco que pa’ qué.
- ¿Qué, nena? –le dije a Piluca-. ¿Recuperada?
- Joder tía, que me he emocionado tanto con lo de salvar a las Shimai que no me he acordado que estas puertas se abren para adentro.
- ¡Romerales! –gritó la Pepi.
- Hala tía, yo siempre quise ser como Concha Cuetos –dijo la Cindy.
- Dejaros de tonterías –les dije-. Aprecio este momento revival pero NO TIENE CABIDA en un final de temporada. Ahora vamos a abrir esa puerta y vamos a liarnos a hostias con todas las maricas que se nos pongan por delante. Luego vamos a meterles a las Alemanas Lesbianas unos cuantos frankfurts y bratwursts y cosas de esas por las fosas nasales hasta que se les quiten las ganas de hacer la tijera y luego matamos a disgustos a la PUTA MURCIANA DE LOS COJONES que empezó todo esto.

Miré a cámara:
- ¿LO HAN ENTENDIDO?

Y todos dijeron que sí.

Todas nos pusimos en nuestra pose Faster Kill Pussycat!!, la Pepi se puso delante de todas y berreó:
- ¡¡¡PARA ADENTRO ROMERALEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!!

Y pegó un tirón a las puertas que se abrieron de par en par.

Y tras ellas no había nadie. Seguimos todas unidas con nuestra pose Faster Kill Pussycat y avanzamos poco a poco por el pasillo del avión.

- Joder tía… ¿qué hacían los Ángeles de Charlie cuando les pasaba algo así? –preguntó la Cindy.
- Nada. A los Ángeles nunca les pasaba esto –dijo Piluca.
- Bueno, a veces caían en emboscadas ¿eh? –dije yo.
- Nena, esto es un avión, no una selva colombiana, pocas emboscadas nos van a montar aquí.
- Te prefería cuando eras mala.
- ¿Y eso? –preguntó la Asdru.
- Porque podría partirle la cara y no sentirme culpable.
- Shhhhhhhh!!!!!! –Ssssshhhhhhtó Piluca.
- ¿Qué pasa? –preguntó la Pepi, mientras avanzábamos por el pasillo.
- He oído algo.
- ¿El qué? ¿Un comando de élite retozando tras los arbustos? –pregunté.
- ¡Anda mira! ¡Desde aquí se ve Terra Mítica! –gritó la Cindy.
- ¡Nena! ¡Vuelve a la formación que sino no damos miedo –le dijo la Pepi.
- No daríamos miedo ni que fuéramos vestidas como las Baccara ¡esto es un fraude de final de temporada! ¡NO PASA NADA! –grité yo, y me salí de la formación.
- ¡Hidro! ¡Vuelve a poner la pose de la Hidra Asesina! –me gritó Piluca.
- ¡Qué Hidra Asesina ni qué coño en vinagre! ¡AQUÍ NO PASA NADA! JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA ¡¡¡ESTE FINAL ES UNA MIERDA!!!
- ¿Qué le pasa? Está como drogada –preguntó la Pepi.
- ¡NADA! ¡ESO ES LO QUE ME PASA! ¡NO ME PASA NADA! JAJAJAJAJAJA
- Oh Dios mío –dijo la Asdru.
- Pues qué quieres que te diga, si fuera Zaplana preferiría ir a la cárcel por hacer algo como Port Aventura y no la mierda esta de desierto con tornillos –dijo la Cindy.
- Es el Mega-Gas – dijo Piluca.
- Sí –corroboró la Asdru-. Estamos respirando Mega-Gas.
- ¡¿Y ahora qué hacemos?! –gritó la Pepi.
- Nada. Tranquilas –dijo Piluca-. Tomad esto.
- ¡NAAAADA! ¡YO YA NO SIENTO NAAAAAAADAAAAAA! ¡Y NO ME DIGAS QUE TE DA IGUAAAAAAAL! –cantaba yo.
- Qué jeby, está cantando Fangoria –dijo la Pepi.
- Qué poca clase –dijo Piluca, mientras metía su mano en el bolsillo y sacaba una especie de pitillera muy fashion.
- Hala tía… qué pitillera más bonita… ¿Dónde la has comprado? –le pregunté.
- ¿Y qué más te da, petarda, si tú no fumas? –dijo la Cindy.
- Va, beberos esto, coño.
- ¿Y qué es esto?
- Una vacuna contra el Mega-Gas. La M&M lo desarrolló para casos de emergencia.
- ¿Salidas de emergencia? ¡Hay dos delante Y DOS DETRÁS! JAJAJAJAJAJA – y Piluca me arreó una hostia… que ya no me hizo falta vacuna ni nada. Todos los efectos absurdos que el mega-gas tenía en mí desaparecieron por arte de magia.
- Los golpes bruscos también sirven –dijo.
- Ya me he dado cuenta. Japuta, me han saltado tres empastes –le respondí.

Las otras se tomaron sus bebidas y yo, también. Porque es cierto que el hostión de Piluca me había quitado la tontería, pero si todo el mundo bebe no me voy a quedar yo seca. Volvimos a nuestra pose Faster Kill Pussycat y seguimos avanzando hacia la proa del avión. Subimos una escaleras que, presumiblemente, llevaban a la cabina del piloto…
Así que alguien estaba soltando Mega-Gas a través de los conductos de ventilación del avión…

- ¿Por qué? –pregunté.
- ¿Por qué qué? –preguntó Piluca.
- ¿Por qué están soltando el Mega-Gas?
- No lo sé… Esto no era parte del plan…
- ¿Y dónde está todo el mundo? – preguntó la Asdru.
- Pues tampoco lo sé… - respondió Piluca.
- Oye tía –le dijo la Pepi-. Si no tienes ni idea de nada no sé de qué nos sirve que te hayas vuelto buena al final del relato.
- Calla petarda –le corté-. Que intuyo que Piluca será una parte fundamental en la segunda temporada.
- ¿Habrá segunda temporada? –preguntó la Cindy.
- Si salimos de aquí con vida… sí –respondí.

Todo fundió a negro. Sonó una musiquita de tensión…


FIN.





Es broma.

Finalmente, llegamos a la cabina del piloto. Piluca se adelantó y pegó el oído a la puerta.
- No oigo nada –nos comunicó.
Cogió el pomo y empezó a hacerlo girar. La puerta comenzó a abrirse… Y todas nos quedamos de piedra al comprobar que ¡no había piloto!

- ¡Han puesto el piloto automático! –gritó Piluca.
- ¡Pues yo no veo el muñeco! –dijo la Pepi.
- ¿Qué muñeco? –le pregunté.
- El piloto automático tía, el que sale en Aterriza como Puedas –respondió.
- Anda petarda, vete con estas dos –le dije, señalando a la Cindy y a la Asdru- a registrar el avión porque me parece que estamos aquí más solas que Raquel Mosquera en la sala de partos.

Las tres locas salieron de la cabina. Piluca se sentó en el asiento del piloto y empezó a revisar los indicadores.
- Parece que todo está bien.
- Eso también te lo podría decir yo –le dije.
- ¿Tú sabes pilotar?
- No. ¿Y tú?
- Tampoco.
- Pues deja de hacerte la Antoñita la Fantástica y dime cómo coño salimos de ésta.
- Espera, primero hay que comprobar si llevamos el misil…

¡Era verdad! ¿Y si nos habían engañado y el misil estaba siendo transportado por un tren que haría explosión en plena estación de Sants?

- Sí. Lo llevamos… -dijo Piluca, que había estado tecleando en un ordenador-. Qué extraño… no entiendo nada…

De repente la pantalla del ordenador parpadeó y en pantalla apareció la Murciana Mala, rodeada por las Frankfurt.

- Querido Lucas –empezó a decir la grabación-. A estas alturas debes haberte dado cuenta de que estás solo en el avión. Espero que ya hayas matado a todos los demás.
- Será puta la loca esta –dije yo.
- No quise contarte nuestro verdadero plan por que no quería que corriera ningún riesgo. Siempre has sido mi alumno más aventajado…
- ¿En qué nena? –le pregunté-. ¿En genuflexión pre-felación?
- Calla maricón –me dijo Piluca.
- …temía que al reencontrarte con tus antiguos… amigos… pudieras sentir la necesidad de salvar sus vidas. Pero sabes que La Organización tiene un objetivo noble que se ha de conseguir a cualquier precio. Acabaremos con la discriminación entre los homosexuales del mundo y crearemos una sociedad en la que ningún maricón mire a otro con mala cara.
- Voy a llorar –dije.
- Ah, espero que ya hayas acabado con tus dos amigas. Tal y como acordamos anoche en mis aposentos…
- ¡¡QUÉ ASCO NENAAAAA!! –grité.
- ¡Calla coño! –me gritó Piluca.
- …deshacerte de ellos. Son un estorbo y no tienen cabida en el Nuevo Mundo.
- PUAJS. Te has acostado con la M&M.
- ¡Me tenía comido el cerebro!
- ¡Y otras cosas, por lo que veo! –escupí.
- Y te preguntarás por qué no hay nadie en el avión. Hice saltar a toda la tripulación al poco de despegar. Hay un detalle que no te comenté. Al hacer las simulaciones por ordenador descubrimos que el Mega-Gas concentrado en el misil no tenía una proyección suficiente para expandirse por toda Barcelona: necesitaba un recipiente aún más grande. Por eso todo el avión está plagado de Mega-Gas y hará explosión en cuanto llegue a Barcelona. Cuando pasemos por Valencia comenzará a llenarse el casco.
- ¿Pasemos por Valencia? ¡¡La tía loca está en el avión!! –exclamé.
- Respecto al misil… finalmente hemos decidido llenarlo de explosivos. Gracias a los contactos que realizamos con los propietarios de los locales de ambiente de la ciudad hemos conseguido organizar un evento que ha congregado a unos cuantos sujetos en el desierto de Los Monegros. Esos elementos, al igual que tus amigas, no tienen cabida en el Nuevo Mundo. Así que el misil está programado para hacer impacto en el escenario en el momento en que Karina haga aparición.

- ¡KARINA! ¡KE JEBY! –gritó la Dolly. Ella y la Gigi habían sido invitadas por una antigua enemiga suya al Maricones en los Monegros: Festival Gay Independiente y Liberal (MMFGIL). Acababan de ver el nombre de Karina en el cartel de entrada.
- Dolly, tía –dijo la Gigi-. No me puedo creer que hayamos venido hasta el desierto para ver a Karina.

- ¡HUAAAAALA NENA! –grité yo, en la cabina del avión-. ¡¡¡El avión va a explotar!!!
- ¡Y VAN A MORIR UN MONTÓN DE MARICAS INOCENTES! – gritó Piluca.
- ¡INOCENTES Y FEAS! ¡POR ESO ESTÁN AHÍ! –grité yo.

- Dolly tía –dijo la Gigi de repente-. Me pita el oído, alguien me está criticando.
- Será por esa camisa que te has puesto nena, que pareces un árbol de navidad. ¡No tienes clase para vestir en el desierto!

- ¡Nena! –volví a gritar yo para captar la atención del lector-. ¡No me da tiempo a contar todo lo que tiene que pasar en este mismo capítulo! ¡Y se supone que ha de ser el último!

Piluca se levantó, me cogió de los hombres y me dijo, muy solemne ella:
- Hidro. A veces la vida te da sorpresas como ésta. Y aunque tuvieras un planning y hubieras dicho que éste era el final de la temporada… vas a tener que engañar a tus lectoras y hacer ¡un capítulo más! ¡EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE VERDAD DE LA BUENA!
- ¡Me siento como un guionista de Ana y Los Siete! –grité, desconsolada.

De repente, algo chisporroteó. De un altavoz surgió la voz de la Pepi:

- ¿Hidro? ¿Hidro, me oyes?

Yo me lancé hacia el comunicador y apreté el botón:
- ¡Pepi! ¡PEEEEPI TÍA! ¡¡Que no se acaba!! ¡¡¡Que hay otro capítulo más!!!
- Ya lo sé tía, me acabo de enterar.
- ¿Y cómo coño lo sabes?
- Pues porque hemos llegado a la bodega del avión y nos acaba de secuestrar la M&M. Que dice que a ver si podéis bajar que quiere hablar con Piluca antes de matarnos a todas. Nos está apuntando con un pistolón tía… que parece un brazo de gitano.

- Piluca ¿ahora qué hacemos?
- Tú y yo nos vamos a rescatar a esas locas, a saltar del avión y a parar el misil.
- ¿Y qué le digo a mis fans cuando me pongan a parir por no acabar la temporada?
- Tranquila. Si realmente son fans… lo entenderán.

¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

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