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Capítulo 26: Putas a la carrera

¡Por fin sabíamos qué estaba pasando! Después de descubrir que la Murciana Mala nos había usado como cobayas en un expermiento secreto financiado por Anne Igartiburu y su Marina D'Or, la iNena vino a rescatarnos (o eso dice ella) y sacarnos del zulo en el que estábamos metidas.
El lado malo es que teníamos que echarnos a correr. ¡Qué asco!


Y allí estábamos, todas corriendo como perras. A la cabeza, la iNena, que siempre ha sido muy rápida para todo.
Tras ella íbamos, en el siguiente orden: La Asdru, la Cindy, yo y la Pepi, que iba la última porque no paraba de mirar atrás y gritar:
"¡Pero nenas! ¡¿Pa' que corremos si todos esos chulazos están de escándalo?!"

Y es que sí, detrás nuestro teníamos a las Perrakas, las secuaces de la Brishka (que ahora que me acuerdo, aún no nos la habíamos cargado); que venían como locas (que es lo que eran) persiguiéndonos por aquel pasillo larguísimo que no se acababa nunca.

- ¡Nenaaaaa! -le grité a la iNena-. ¿Dónde coño estamos?
- En las instalaciones subterráneas secretas de La Organización -respondió ella, desde la cabeza de la carrera.
- ¿Y dónde están? -preguntó la Cindy-. ¿En el culo de Oprah Winfrey? Porque esto no se acaba nuncaaaaa...
- No, las instalaciones secretas están en Murcia.

Frené de golpe.

- Espera un momento -dije, asombrada-. ¿ESTAMOS EN MURCIA?
- ¡Neeeenaaaaaaaaa! -gritó la Pepi.

Como no le dio tiempo a frenar, me pegó un empujón por detrás que las dos nos caímos al suelo y rodamos por él durante unos segundos. Y es que aquello estaba todo húmedo y claro, a parte de resbalar (supongo que las Perrakas pasaban por aquel pasillo un par de veces al día y lo impregnaban todo de aceite) pues nos dejaron la ropa hecha un asco.
Las otras tres se pararon y volvieron a ayudarnos. La iNena me cogió del brazó y tiró de mí tan fuerte que me alcé como una patinadora sobre hielo rusa. ¡Sibrinka Desespotronka!

- ¡No os paréis! -me gritó al oído-. ¡Y sí, estamos en Murcia!
- ¡Pues esto no tiene nada de hermoso! -gritó la Cindy-. ¡Me cago en TVE!

Seguimos corriendo. Las Perrakas habían acortado distancias gracias al guarrazo que nos acabábamos de pegar. La Pepi seguía la última, porque ahora además de ir echando vistazos a los chulazos asesinos que teníamos detrás iba coja.
De repente, alguien gritó "¡CUIDADO CON EL ESCALÓN!" y yo pensé en Ángel Garó y me entró la risa. Pero quien fuera tenía razón, porque ante mí apareció un escalón como de medio metro que vamos ¡como para no tener cuidado!. Lo subí como pude (la Pepi, que iba mirando para atrás, se pegó otro guarrazo que no le dio tiempo ni a gritar) y seguimos corriendo, ahora en vertical. Porque justo después de ese mega-escalón, venía una escalera más larga que un día sin pan, ni agua, ni lubricante.

- ¿Falta muchoooo? -grité.
- ¡Ya casi estamos! -dijo la iNena.
- ¿Y dónde casi estamos? -preguntó la Cindy.
- ¡¿Queréis dejar de hablar y seguir corriendo?! -gritó la Asdru.
- ¡Oye bonita! - le respondí-. Estabas más guapa calladita ¿eh? Que si te vas a poner a echarnos la bronca te agarro de los cuatro pelos que tienes y te echo a las leonas. Por cierto, Peeeepiiii ¿cómo van los chulazos del fondo?
- Pueeeeeees -respondió la Pepi-. Unos llevan unas camisas monísimas de la muerte y hay otros con unas camisetas rojas que son...
- ¡¿Y a mí qué me importa lo que llevan puesto?! ¡¡Quiero saber a qué distancia están!!
- ¡¡Ah coño, haberlo dicho!! -un momento de silencio, debía estar contando-. Pues están lo suficientemente cerca como para distinguir que las gafas que llevan son falsas y lo suficientemente lejos como para no preocuparme los perdigones que sueltan cada vez que nos insultan.
- ¡Menudas guarras! -gritó la Cindy.

Oí un gruñido metálico delante de mí. La iNena había abierto una puerta. Cuando llegué a ella vi que me hacía gestos para que acelerara el paso, y crucé el umbral en el que me estaba esperando.
Cuando, después de mí, lo cruzó la Pepi, la iNena volvió a cerrar la puerta y la atrancó con una barra de metal.
A los pocos segundos comenzamos a oír golpes y gritos al otro lado de la puerta.

- Seguidme -dijo la iNena, y comenzó a caminar.

Habíamos dejado el estrecho pasillo anterior para pasar a uno más estrecho, pero mejor iluminado. Las paredes estaban pintadas de blanco hospital y las bombillas iluminaban muchísimo más.

- Hemos estado corriendo... -empezó a decir la Asdru-. Unos 10 minutos... a una velocidad de aproximadamante... 10 kilómetros por hora... osea que ese pasillo medía...
- Déjalo nena -le cortó la Cindy-. No sólo sabemos que eres de letras, sino que además nos importa un carajo lo que medía ese pasillo.
- ¡Alto ahí! -le grité a la iNena, que se giró para mirarme con una ceja levantada-. Nos has sacado de la minicelda, pero eso no significa que confiemos en ti ¿verdad chicas?

Ninguna de las tres respondió.

- Putas -dije-. ¿Se puede saber a dónde nos llevas?
- Al hangar -respondió la traidora redimida (o eso decía ella).
- ¿Hangar? ¿Como en las pelis de Indiana Jones? -preguntó la Pepi.
- Sí. Allí hay un avión de carga que va directo a Barcelona.
- Sí claro, y seguro que hay un grupo de Nazis abriendo un portal a otra dimensión -dije yo-. Mira bonita, no me toques el coño con gilipolleces que te parto la cara.
- Es cierto, La Organización está preparando la fase final del Proyecto X.
- ¿Proyecto X? -preguntó la Asdru.
- Sí.
- ¿Y por qué se llama así? -preguntó la Cindy.
- Porque es un proyecto secreto... -dijo la iNena-. Y porque al Jefe no se le ocurrió otra cosa.
- Joder tía -dije yo-. La Murciana esa será malísima pero es una palurda con menos luces que el sótano de la familia Adams.
- ¿A quién llamas palurda, maricón? -retumbó de repente una voz, al fondo del pasillo.
- Empiezo a estar hasta el coño de las voces que aparecen de repente para darnos un susto y añadir algo de misterio al relato -dije.

Como somos tontas (y un poco putas) no nos dimos cuenta de que ponernos a hablar del Proyecto X en medio de un pasillo no era lo más inteligente que podíamos hacer en aquel momento. Así que, en realidad, no me sorprendió que alguien nos hubiera descubierto y viniera directo a nosotras desde vete a saber dónde.

- ¿Quién eres? -preguntó la Asdru.
- Tu menstruación seguro que no -dijo la Pepi, y yo le solté un sopapo porque no estaba para coñas, que acababa de reconocer a la silueta que se nos acercaba y me había puesto de MUY mala leche.

Y es que esos andares... esa forma de llevar las manos en los bolsillos... ese pelo corto a lo cenicero...
Era obvio que aquél hijo de la gran puta que teníamos delante no era otro que Lucas. Mi Ex-Lucas Lucas.

- Vaya, vaya, vaya... -empezó a decir-. ¿Qué tenemos aquí?
- ¡Por favor! -dije yo-. ¿No tenías otra frase menos tópica para hacerte el malo malísimo?
- ¿Y tú no tienes algún culo en el que meter esa lengua?
- Huaaala tía, lo que te ha dicho -me dijo la Pepi.
- Pues ahora que lo dices, tengo un culazo esperándome en Barcelona que lo primero que le haré cuando lo vea será un rimming de escándalo. Pero ahora prefiero reírme de tí, cariño. Eso siempre se me ha dado bien.

Lucas se paró justo delante de la iNena, que no sabía dónde meterse. La Cindy y la Asdru le miraban aterrorizados y se hicieron a un lado para dejarnos a los dos cara a cara. La Pepi se escondió detrás de mí, y me cogió de la manga.

- ¿Te refieres a Héctor? -dijo Lucas, sonriendo-. No sé si podrás hacerle mucho cuando vuelvas a Barcelona.
- Mira maricón -le señalé-. Como le hayas puesto la mano encima a mi King Kong te juro por lo que más quieras que te reviento la cabeza a patadas.
- Joder tía -dijo la Cindy, superando sus miedos-. Tú estás muy violenta en este capítulo ¿no?
- ¡ES QUE ME TENÉIS HASTA EL COÑO CON TANTA TONTERÍA YA!

Y estallé. No podía más. Toda aquella situación me superaba.

- Que si La Organización, el Mega-Gas, el Proyecto X, la Murciana Mala... ¡No puedo más!
- Hidro tía, no te hundas -dijo la Pepi-. Que me duele la pierna y si te caes me caigo contigo, que me estoy agarrando a tu brazo.
- Tienes razón nena... -dije, reponiéndome (que no respondiéndome)-. Yo soy la heroína de esta historia. ¡Está bien! ¡Sigamos! ¡Abrid de fundido!
Y levanté los brazos en el aire, posando como Norma Desmond.

- ¿Se puede saber qué coño le pasa a la loca esta? -le preguntó Lucas a la iNena.
- Debe ser un efecto secundario del Mega-Gas -respondió la Asdru-. Que aún la dura.
- ¿Y tú quién coño eres? -le preguntó Lucas.
- Es mi amiga la Asdru -dije yo-. Anteriormente conocida como la Magneto. Y mucho cuidado con lo que le dices que está más enamorada de mí de lo que tú lo has estado nunca.

Todas me miraron fijamente, sobretodo la Asdru. Miré sus ojos y creo que, por fin, entendí lo que sentía Clarice Starling en El Silencio de los Corderos cada vez que Hannibal el Caníbal se le acercaba a olerle la Evax Tanga.

- Y ahora que la he puesto en ridículo delante de todas sus amigas, podemos seguir discutiendo.
- Gracias por haberlos traído hasta aquí -le dijo Lucas a la iNena-. Has sido muy útil.
- ¿Pero no nos estabas ayudando a escapar? -preguntó la Cindy.
- Joder tía, tú es que eres tonta -le contestó la Pepi-. Anda que si éste no sabía que la iNena se ha vuelto buena pues la acabas de cagar.
- Oye bonita, que seguro que éste ya sabía que la iNena se había vuelto buena porque han de tener micros y cámaras por todas partes y por eso la estaban persiguiendo las locas esas de ahí atrás -respondió la Cindy.
- Sí claro, tú es que has visto muchos capítulos de Magnum y vas flipada de la vida tía. Que te has cargado la tapadera de la pobre iNena y ahora ya verás tú...
- ¡SILENCIO! -gritó Lucas.

Y todas se callaron.

- Ah. Muy bonito.-dije yo-. Osea que la puta esta os grita ¡silencio! y os calláis como perras. Y cuando os lo grito yo cuando vamos al cine no me hacéis ni puto caso.
- Es que él -dijo la Pepi- tiene un pistolón, nena.
- ¡Uy coño! -dije yo, al ver la pedazo de pistola que tenía Lucas en la mano-. Es verdad. Nada, no he dicho nada.
- Así que las estabas ayudando a escapar... -Lucas se acercó peligrosamente (aunque ahora que lo pienso, no sé cómo se acerca uno peligrosamente a otra persona ¡pero era muy peligroso!)-. Me has decepcionado.
- No, no. No las estaba ayudando a...

Pero no le dio tiempo a terminar la frase. La pistola emitió un ruido como así:
"¡PAM!"

Y una bala se cargó a la iNena.

¡¡¡K JEBY, NEEENAAA!!!

¡¡¡La iNena muerta de un balazo, por Lucas la Killer!!!

¡En este blog mueren más personajes, que cerdas el Día de San Martín, Nena!

Anda que cuando acabe la historia, te vas a dejar el dinero en ¡¡¡FLORES y en CARRERAS de taxi al cementerio, neeenaaa!!!

dios mio, la inena muerta, cuando lo conteis en Veredicto Final la jueza no va a dar credito, va a tener que llamar al juez de marlasca ese a que empieze a repartir justicia a la par que pollazos, y que le ha pasado a King Kong??? Definitivo, voy a pedir la baja en el curro para seguir esto mejor combinandolo con una performance de estoy bailando.

La pregunta es, ¿quien heredará mi iPod Nano?

¡K JEBY, NEEENAAA!
¡La iNena hablando desde el más allá!

¡Es que las Muertas ya no son lo que eran, neeenaaa! ¿O será que no la han rematado bien...?
Mmmmm...

¡¡¡BATEA FUERTE,
HIDRO,
BATEA FUERTE!!!

Aquí me tienes, nena. Pero que sepas que me tendré que poner al día, porque me he enterado de que ha muerto la iNena antes de haberla conocido en vida, y eso no mola.
Aunque la verdad es que esto tiene buena pinta... :-p
Saludos!

Uys, Naxo, nene, no te preocupes, que a la Hidro los personajes le duran menos, que un extra en una peli de catástrofes de Roland Emmerich.

Aparecen, saludan y la palman de forma escatológica. JAJAJAJJA.

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¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

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