« Home | Capítulo 21: ¡Está en la azotea! » | Capítulo 20: Fashion Victim » | Capítulo 19: El OTRO Lucas » | Capítulo 18: La hija del Topo » | Capitulo 17: La Scully y el modernismo catalan. » | Capitulo 16: La venganza de Lucas. » | Capitulo 15: Memories (Segunda Parte) » | Capitulo 14: La verdad esta ahi fuera » | Capitulo 13: C.S.I. (o C.S.NO) » | Capítulo 12: I'm Lovin' It!! »

Capítulo 22: The Dust (El polvo)

Había conseguido escapar de la trampa de las Perracas gracias a la inestimable ayuda de King Kong (Héctor, el chulazo vigilante del Arena) y su bate de béisbol. Ese bate que en ningún momento se perdió por el relato y que no supuso ningún fallo de raccord. Ahora, después de haber escupido en una camiseta para la Nancy, estaba subida en un coche... camino a ninguna parte...

Bueno no, camino a ninguna parte no. Íbamos camino de su casa. De la casa de Kong, aquella tan fashion de aquel capítulo en el que descubrí que había estado bailando en pelotas delante de toda Barcelona. ¿Os acordáis? Lo digo porque últimamente todo el mundo me dice que hay que ver pobre Piluca... ¡pero es que Piluca es la mala! Y punto.

Héctor (dejaré de llamarle Kong, porque no le hace justicia) me había contado lo que acababa de pasar, lo de su aparición en la azotea y tal. Porque sí, sé que es muy bonito y muy romántico que estas cosas pasen y punto, pero como aquí no somos como las de Lost, os vamos (voy) a explicar con pelos y señales todo lo que acabáis de vivir para que no os quejéis.

Desde la noche en que Piluca nos drogó y me hizo hacer el ridículo más espantoso que he hecho nunca, Héctor había estado investigando por los ambientes más turbios de Barcelona para descubrir lo que se tramaba. Eso le había llevado a contactar con el vigilante de seguridad del edificio que hay justo frente a la tienda de la Brishka.
Por lo visto ese vigilante y Héctor eran amigos de cuando hicieron la mili.

Y claro, yo me imaginé a éste y al otro con el fusil en la mano jurando bandera... y me puse vista al frente.

Total, que el vigilante le había comentado que últimamente veía mucho movimiento en la tienda. Que había mucha marica muy bien vestida entrando y saliendo sin nada en las manos y eso era señal de que estaban preparando algo.
Héctor acudió a la llamada del vigilante y vio con sus propios ojos como aparcaban las dos furgonetas, se ocultaban en ellas y esperaban. Según él, de la tienda salió un chico (por la descripción debía ser Mi Lucas) que se puso a hablar por teléfono... y entonces aparecí yo.

Sí, era cierto. Mi Lucas estaba contra mí. Ya decía yo que no podía ser tan bonito todo esto, que después de lo que le dije/hice no era normal que me llamara pidiéndome un polvo. Claro que de ahí a ponerme una trampa para que me matara la Piluca... pues hay un cacho.
Que vale, yo le dije a su novia que Lucas era más gay que yo y ella le dejó y sus amigos dejaron de hablarle y tal... Sí, eso es muy traumático. Pero más traumático es enterarme de que el muy cabrón me estaba poniendo los cuernos.
Sí, con ella.
Con Piluca.

Y no me vengáis ahora con ese rollo de "Jo tía Hidro, es que eres mala" porque me importa una mierda. Acaban de intentar asesinarme un montón de maricas bien vestidas y no está el horno para bollos.

Héctor se debió dar cuenta de mis tribulaciones interiores porque me miró un segundo y sonrió. Puso su mano derecha sobre mi rodilla, me dio un golpecito y me dijo, suavemente:

- Ya ha pasado todo. Ahora estás a salvo.

A salvo...

¡¡¡¡Y CACHONDA!!!!

Me tenía como una peeeeeerrrrra en celo desde que casi nos besamos en el ascensor y mucho más desde que me contó que el Vigilante era un amigo íntimo de la Mili... ¡Y AHORA ME TOCA LA RODILLA!

Intenté tranquilizarme, pero no me dio tiempo porque Héctor aparcó el coche y resultó que ya habíamos llegado a su casa. Me bajé poniéndome el bolso colgando por delante y le sonreí.

Desde ahí hasta el momento en que me senté en su sofá no dijimos ni mú. Pero ni mú ni mú. Había una especie de tensión sexual flotando en el ambiente que yo no acababa de descifrar.
¿Quería Héctor algo conmigo? ¿O se había dado cuenta de que yo sí quería algo con él y ponía esa cara por que se sentía incómodo por saber que no iba a poder satisfacerme? Por ser heterosexual claro.

Mientras mi mente iba y venía (y mi entrepierna se entretenía), Héctor en la cocina preparaba algo de beber. Oí cómo se acercaba por detrás de mí y me rodeaba, para sentarse en el mismo sillón en el que me senté yo la otra vez... El mismo sillón en el que me desmayé y dejé al descubierto lo mismo que en aquel preciso instante más intentaba esconder.
Me acercó el vaso. Lo cogí, rozando levemente su mano, y le sonreí. No pregunté qué llevaba, bebí.

No sé qué era, pero no me gustaba. Pero claro, no le iba a decir yo a Héctor que fuera lo que fuera lo que había en ese vaso me sabía a rayos. Así que volví a sonreír.

- Sabes... -empezó a decir él-. Hay algo que no te he contado.
- ¿Ah no? -dije yo, haciéndome la sueca. Ya está nenas, ahora vienen las anécdotas de las duchas en la mili y en 10 minutos estaremos follando como conejos.
- No. La noche en que empezó todo... Cuando Piluca te drogó... Yo sabía lo que iba a pasar.
- ¿Perdona? -no entendía nada. ¿Qué me estaba contando?
- Por eso os dije que lo mejor era que os fuérais. Sabía que Piluca estaba planeando algo contra ti, había oído conversaciones toda la noche. Pero no imaginaba lo del Taxi... creí que todo se quedaría en una gamberrada sin importancia...
- ¿Una gamberrada sin importancia? ¡Podrías haberme avisado!
- ¡Y lo hice! Al menos lo intenté. No quise decirte nada delante de... de...
- La Pepi.
- Es que me da vergüenza llamarla así.
- Pues así debes llamarla, es su nombre. Con él nació y con él morirá.
- ¿De verdad se llama Pepi?
- Claro. Y yo me llamo Hidroboy de verdad. ¡Quieres dejar de hacerte el tonto y explicarme por qué no me dijiste nada!
- Porque... Mi jefe me dijo que no me metiera. Que pasara lo que pasara, nosotros no debíamos hacer absolutamente nada.
- ¿Cómo? ¿Tu jefe?
- Sí, mi jefe. Me dijo que aquella noche, pasara lo que pasara, no debíamos hacer nada. Que estaba todo controlado.
- Entonces... Al final era verdad que Piluca ha comprado los bares de ambiente...
- No, no ha comprado los bares de ambiente. Y ella no ha hecho nada. Hay alguien más poderoso detrás de todo esto...
- La Organización.
- ¿La qué?
- La Organización. Una Organización de gente malvada con muy poca imaginación para los nombres de colectivos y razones sociales.
- Ah.
- Pues vaya... Tengo que hablar con la Pepi. Ella lo sabe todo.
- ¿Lo sabe todo?
- Sí, se lo contó todo la... la... Bueno, esa que desapareció del relato y que no nos importa ya, salvo porque era una topa y le contó toda la verdad a mis tres súper amigas mientras yo hablaba con Lucas.

Me levanté del sofá y cogí mi fashion-phone del bolso. Empecé a marcar el número de la Pepi, pero no contestaba nadie. Marqué el número de la Cindy, y tampoco contestaba nadie. Llamé a la Asdru.

- Hola Hidro -dijo una voz, que no era la de la Asdru.
- Hola... tú. ¿Está por ahí la Asdru?
- Sí, pero no puede ponerse.
- ¿Y eso? ¿A quién se la está chupando?
- A nadie, ordinaria. No puede ponerse porque está atada a una silla y amordazada. ¿Oyes como gime?

¡ERA CIERTO! ¡OÍA GEMIDOS!

- ¡Dios mío! -dije yo, y me debió salir tan apasionadamente que Héctor se levantó corriendo y se pegó a mí. Sí, eso era JUSTO lo que necesitaba: notar los pectorales y los abdominales perfectamente definidos de aquel hombre apretando mi espalda.- Como le hagas algo a la Asdru te mato, hija de la gran puta.
- Entonces ¿puedo hacerles daño a tus otras amigas?
- ¡No me jodas que tienes a las tres!
- Sí, a las tres juntitas.

¡Serán tontas! Joder, vale que el relato lo escribo yo, pero aquí los personajes tienen libre albedrío. ¿Es que no sabían que cuando tres personajes descubren toda la verdad y nada más que la verdad tienen todos los números para ser secuestrados y retenidos y asesinados? Joder, ya podían haberse dispersado.

- ¿Qué quieres? -le pregunté a aquella voz sin identificar.
- Te quiero a ti.
- ¿A mí?
- Sí, a ti. No me hagas repetir las cosas que me pongo nervioso.
- ¡Eres un hombre!
- Pues claro imbécil. Soy La Costeau.

¡¡¡LA COSTEAU!!!
¡¡¡A ESTA AÚN NO ME LA HABÍA CARGADO!!!



¡¡¡¡PERO POCO LE FALTA!!!!

- ¡Te quedan dos capítulos, puta!
- No estás en posición de amenazar.
- ¿Y qué quieres de mí?
- Mañana por la mañana. A las 12:00. En el centro de Plaza Cataluña. Si no vas sola, tus amigas mueren. Si llegas un minuto tarde, tus amigas mueren. Si se lo cuentas a alguien, tus amigas mueren.
- Joder ¿y si me cambio el Támpax también mueren? ¡MANDA HUEVOS!

La Costeau se debió ofender, porque me colgó.

Yo me quedé quieta, con el teléfono apretado junto al pecho. ¡No podía creerlo! ¡Mis tres súper-amigas secuestradas y amordazadas! Y la Pepi seguro que estaba empalmada porque le iba el sado-maso.

Hablando de empalmes... ¿Qué es eso que noto en mi...

- Hidro...
- ¿Llevas un vibrador tamaño Nacho Vidal en la entrepierna o ESO ES NATURAL?
- Hidro... Yo...

Héctor me cogió de los hombros y me dio la vuelta. Me miró fijamente a los ojos.

- Sólo he hecho esto una vez... Fue en la mili... Con mi amigo el Vigilante... En las duchas...
- ¡¡¡LO SABÍA!!!
- ¿El qué?
- Nada nada... Pero mira... No te puedo negar que tengo unas ganas horribles de echar el polvo del siglo contigo pero...
- Pero ¿qué? Te deseo. Y no sé por qué. Pero eso me hace desearte aún más.
- Joder... No me digas esas cosas... Que ahora no puedo echar un polvo, coño. Tengo a mis tres súper amigas secuestradas... ¡Mierda! ¡No puedo contártelo porque se las cargan!
- A mí puedes contármelo todo.

Y me besó.

Bueno, no me besó. Me abdujo. Porque aquello no fue un beso nenas, aquello fue como cuando el gusano de Dune sacaba la boca y se ponía a absorber a los peliteñidos aquellos. Dios, qué pasión.
Huelga decir que a estas alturas mi entrepierna seguía yendo y viniendo.
Yo me dejé llevar. Noté cómo nuestras lenguas se enlazaban en un cálido torrente de pasión y lujuria.

Sus manos fueron bajando por mis brazos, mi pecho, mi estómago y encontraron su camino de vuelta por debajo de mi camiseta.
Yo llevé las mías hacia el mismo recorrido, noté todos y cada uno de sus músculos bajo las yemas de mis dedos. Su piel estaba tersa, caliente...
Nos quitamos las camisetas y nos fundimos en un abrazo. Avancé un poco, él chocó contra el sofá y cayó, arrastrándome con él, sin separar nuestros labios ni por un segundo.
Noté comos sus poderosos brazos me aferraban. Sin separar mi boca de él, fui bajando poco a poco... Su mandíbula... su cuello... sus pezones... Mi lengua no dejaba pasar ni un sólo lugar de su cuerpo.

Oía sus gemidos de placer mientras me recreaba lamiendo su torso. Puso su mano en mi cabeza, empezó a acariciarme el pelo suavemente.
Sabía lo que quería, y no me iba a hacer de rogar.
Así que seguí bajando hasta llegar a su ombligo... le desabroché el pantalón, a punto de estallar por la tensión que ejercía su miembro, en pleno apogeo. Lo acaricié un poco por encima de la tela antes de bajarle los pantalones y dejarle con los boxers puestos, unos boxers negros que dejaban muy poco espacio a la imaginación.
El espectáculo era maravilloso. Acercé mi boca a la tela de los calzoncillos y respiré un poco, dejé que notara mi aliento. Pasé mi lengua con fuerza sobre todo trozo de tela que merecía ser lamido.

Y entonces le bajé los boxers....



¡¡¡¡Y QUÉ POLLÓN NENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!

¡¡¡CASI ME SACA UN OJO!!!

¡OS LO JURO!



¡¡PAJILLERAS!!

Seguro que ahora estáis todas con la tienda de campaña. Si es que es para veros, os pongo a todas juntas y ni la zona de acampada del Festival de Benicássim.
Pues os vais a joder nenas.
Si queréis leer algo porno ¡iros a otro blog!

Porque este blog es un blog de asesinatos, venganza, a roaring rampage of no sé qué, que decía la rubia.

Mis tres súper-amigas secuestradas y vosotras pendientes de que os cuente cómo fue el MARAVILLOSO polvo que eché con Héctor durante toooda la noche.

Bueno, no os culpo. Ya os digo yo que durante esa noche tampoco pensé demasiado en mis amigas.

Pero, que sepáis, que esa es la prioridad ahora.

¡RESCATAR A LAS TRES MARÍAS!

NEEEEEEEENAAAAAA!!!!

Menos mal que por fin FOLLAS, POR DIOR! ¡¡22 CAPÍTULOS PA COMERTE UN RABO!!! ¡Que ya pensaba que eras hétera, nena! Hétera o... ¡¡¡UNA MARIKA ABSTEMIA!!! que las hay, ¿eh? Parece mentira ¡PERO EXISTEN!

Y por cierto:
Para ya...
PARA YA...
¡¡¡PARA YA... DE METER PERSONAJES NUEVOS, NEEENAAA!!! ¡¡¡Que parece que desembarcan en pateras en tu blog, neeenaaa!!!

¡Sólo falta Carod por ahí, travestido en la Dominatrix de las Ramblas Calambras!

Neeenaaaaaa, aquí no hay personajes nuevos. La Costeau ya salía, que fue la que intentó rescatar a la Scully antes de que la atropellara el tranvía.

¡Deja de hacerte pajas pensando en Héctor (...mmmmmm...) y presta atención, coño!

POR DIOS, por fin un rabo entra en escena, que alivio!. Y para ti también. BIZIOSA!, las niñas en peligro inminente y tu con el bocadillo de carne en barra, que pocasolta. Por favor, mas capitulos!!!

Queremos más poll... Digo, capítulos.... ¡¡Eso, eso, capítulos!! ¿En qué estaría yo pensando? Escribe ya por Diorrrrr!!!

ACTUALIZA!

YA!

Nena que estamos en el curro en un sin vivir. Actualiza ya perra.

ACTUALIZA, [b]PUTA[/b]!

Uis, ¡creo que no ha salido lo de [b]Usuaria Anónima[/b]!
-cachis-

Pues que conste, que no es ella, digo, que yo no soy ella, sino que soy/es una amiga que está usando el PC de la Dolly.

-¿Qué haces en el pc? ¿Mmmm? ¿Mmmm?
-¿Yo?
-¿Quién si no, nena? ¿Niombe?

[b]ACCEDER Y PUBLICAR[/b]
CLIK!!!

Publicar un comentario

¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

Links

Google Docs y Hojas de cálculo: procesamiento de textos y hojas de cálculo en la web. Editar esta página (si tienes permiso) |