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Capítulo 12: I'm Lovin' It!!

Empieza el juego. En una esquina las Jackson’s Bad Five, cinco maricas malas de lo más variopintas que sólo tienen en común haber estado un año desaparecidas. Y que las manda Piluca, que es muy jeby ya. En la otra esquina, un montón de putas de la Barceloneta.
En medio: la Pepi, la Polly Pocket, la Cindy La AuPaire, la Asdru (anteriormente conocida como La Magneto) y yo. Nombre en clave: Las Súper Nenas.


Después de la reunión en casa de la Polly Pocket teníamos claras varias cosas:
1.- Que a pesar de que la única que había sufrido daños y perjuicios era yo, nos íbamos a vengar todas en grupo porque salía más barato.
2.- Que eso de llamarnos a todas “nena” suponía un problema a la hora de hablar entre nosotras.
3.- Que la Polly necesitaba urgentemente una visita de la pareja esta de mariquitas que salen en el Decora-Dos del People & Arts.

Eran las seis y media de la tarde y la Asdru y yo estábamos en la puerta del McDonald’s de Portal de l’Àngel pelándonos el culo de frío. ¿Qué hacíamos allí? Empezar la venganza. ¡Que ya empieza nena!

Dentro del local, sentadas en una mesa: la Polly y la Pepi. La Polly se estaba zampando un Big Mac que lo veía yo desde la puerta y la Pepi sólo bebía agua. Que se cuida mucho la línea ella.

En la cola del McDonald’s, nuestro objetivo:

LA DIENTES

Sí, ya sé que en el otro capítulo dije que íbamos a ir a por la SCULLY. Ése era el plan, pero la cagué al desvelarlo y decidimos cambiarlo sin deciros nada, porque así la Piluca y las demás no sabían a por quién íbamos. Qué lista soy cuando quiero ¿eh?

Bueno, que allí estábamos las 4 llevando a cabo nuestro plan. En nuestras cabeza sonaba musiquita de tensión, en la de la Asdru no sonaba nada porque bastante tiene con lo suyo como para encima ponerse a tararear mentalmente.
Llevábamos días vigilando a La Dientes y, basándonos en su rutina, habíamos elaborado un plan. Digo “habíamos” porque si la Policía lee esto no quiero comerme yo el muerto (y nunca mejor dicho), pero todas sabemos que aquí la inteligente y la que organiza estas cosas soy yo. Menos esta, esta lo hicimos ENTRE TODAS.
Sabíamos que la Dientes trabajaba en una joyería cercana a Portal de l’Àngel y que cada día, a eso de las seis de la tarde, terminaba de trabajar y se dirigía al McDonald’s a merendar y a hacer un poco de Tom Cruising. También sabíamos que, de una manera u otra, después de merendar siempre tenía postre, cosa que nos hizo odiarla aún más.
Pensamos en abordarla en la joyería, estrellando un Jeep contra el escaparate simulando un atraco y pasarle por encima las 4 ruedas (una detrás de otra), pero nos dimos cuenta de que no teníamos carnet de conducir, no teníamos un Jeep ni presupuesto para comprar uno, no queríamos robarlo y tampoco queríamos destrozarle la paradita a las dos abuelas que la habían contratado.
El Plan B era abordarla en medio de la calle y pasarle el Jeep por encima sin romper la joyería, pero aunque ahora las viejas joyeras no sufrían daños y perjuicios, seguíamos sin tener Jeep, ni dinero, ni carnet ni ganas de robar coches.
Al final nos decidimos por el Plan H (sí, hubo muchos planes antes) que era lo que estábamos haciendo en aquel momento.

Musiquita de tensión… Como en Munich nena.

La Dientes se puso frente al mostrador a pedir. Mientras ella le decía al camarero (muy feo, como todos los que trabajan en el McDonald’s) lo que quería, todas las que le vigilábamos lo dijimos también. Bueno, lo dijimos sin decirlo, como en las películas cuando una va a decir algo y la otra ya se conoce la frase y lo dice con los labios, pues igual. Bueno, que dijimos: “Un menú Big Mac con Coca Cola y Patatas grandes y un Sandi de Caramelo”. Sí nenas, eso se metía cada día la tía puta entre pecho y espalda y no sabemos cómo pero la asquerosa mantenía un cuerpazo de escándalo.
Cuando el camarero le puso todo lo que quería en la bandeja y ella pagó se dio la vuelta y se puso a esquivar gente de la abarrotadísima cola, mientras con la mirada buscaba asiento y chicos con los que follar después de merendar. Casualmente su sitio favorito (uno delante de los lavabos, así los controlaba a todos al entrar y salir) estaba libre (ya se había encargado de ello la Polly, que a todo el que se le acercaba le decía una excusa diferente y con esa voz tan grave que tiene todos le creían). Y casualmente la Polly y la Pepi estaban sentadas justo al lado de la mesa favorita de la Dientes, separadas por un macetero.
La Dientes llegó y se sentó, mirando al wáter (qué romántico). Abrió la cañita y la metió en la Coca Cola. Abrió el Big Mac, un sobrecito de Ketchup y lo echó por la hamburguesa. El otro sobre lo espachurró sobre las patatas. Luego pasó las patatas a la tapa del Big Mac, puso el cartón de las patatas debajo de la bandeja y empezó a comer. Y justo cuando dio el primer bocado, lo escuchó:
- ¡Dientes!
El trozo de hamburguesa se le quedó en la boca. No se movió ni un ápice. Con la mirada buscaba quién había sido el que había dicho aquella palabra: “Dientes”.

Como todos recordaréis, a la Dientes nadie la llama la Dientes salvo Piluca. Todo el mundo la conoce como Haníbal Lecter. Ni siquiera se le habla en femenino, porque muerde. Y es que la Dientes además de tener un cuerpazo de escándalo tiene unas paletas que parece que se haya incrustado dos Orbit de Eucalipto.

Y os estaréis preguntando cómo sabía yo todo lo que hacía la Dientes si estaba en la calle pelándome de frío. Todos los detalles de lo que pasaba mientras yo no miraba me los contó la Pepi horas después, mientras ensayaba la declaración que haría en la sala de interrogatorios de la comisaría. Declaración que aún no ha hecho pero que está convencida de que hará.

Bueno, la Dientes estaba allí con el trozo de Big Mac en la boca y el oído a punto para detectar quién había dicho la palabra prohibida. Obviamente había sido la Pepi.
La Dientes siguió masticando y de repente captó una conversación que venía de la mesa de al lado:
- Pues sí nena, se tiene que operar todos los DIENTES.-decía una marica.
- No me extraña, con la hostia que le pegó la garrula de los penDIENTES.- respondió otra marica.
- Ya ves, lo que yo no entiendo es cómo los depenDIENTES no hicieron nada para separarlas.
- ¿Y qué querías qué hicieran? De todas formas no me extraña, Carolina siempre ha sido una chica muy indepenDIENTE.
- Ya tía, además es muy puta y muy arDIENTE en la cama.

Vale, os lo explico. Resulta que el plan era poner a la Dientes nerviosa sin que ella se diera cuenta para que luego pasara otra cosa que ya veréis. El caso es que a la Pepi se le ocurrió que si mantenía una conversación con otra persona en la que saliera mucho la palabra “dientes” pues la otra se daría por aludida. Para ello se le ocurrió que la Polly y ella podían hablar de una amiga imaginaria (Carolina) que fue a comprarse unas bragas a El Corte Inglés y que se peleó con una chica que llevaba unos pendientes muy chulos delante de todos los dependientes. Y luego, cuando se quedó sin palabras que acabaran en “dientes”, decidió que Carolina era una fiera en la cama.
A mí no me miréis, esta parte del plan fue idea de la Pepi.

Pero el caso es que funcionó, porque la Dientes se levantó hecha una furia, dejando caer el Big Mac sobre las patatas y lanzó su mirada (así tal cual, como si se quitara los ojos y los tirara a lo frisbee) al otro lado del macetero. Pero la Polly y la Pepi ya se habían cambiado de sitio y en aquella mesa de al lado no había nadie.
Justo antes de volver a sentarse escuchó que alguien gritaba:
-¡Mira nena! ¡Es la Dientes!

La Dientes giró bruscamente la cabeza en busca de la persona que había gritado y se encontró con que la mitad del restaurante (por llamarlo de alguna manera) le estaba mirando. Claro, era la única gilipollas que estaba de pie. Se quedó atontada con la boca abierta y a todo el mundo le entró la risa. La Dientes se puso histérica y se volvió a sentar, disimulando. Seguramente aquella tarde no follaría (bueno, ni aquella tarde ni ninguna más) pero el Big Mac se lo terminaba ¡porque ella lo valía!
Y entonces, el grito definitivo:
-¡Dientes, dientes! ¡Que es lo que les jode!
Pegó un bote que ni la Trinity y el restaurante estalló en una carcajada general. La Dientes se puso nerviosa, cogió su cazadora de puta (no de súper puta, eso sólo yo y la Dolly) y se fue hacia la salida. La Polly y la Pepi tuvieron la suerte de que un grupo de niñatos estaba merendando por ahí y mientras la Dientes salía de la sala no paraban de reírse de ella y gritarle “¡Dientes! ¡Dientes!”

Y pensarás: “Pobrecilla” ¡Y una mierda! ¡Que por su culpa toda Barcelona me ha visto el melindro!

Bueno, a lo que iba. La Pepi me hizo la señal a través del ventanal en el justo momento en que Cindy La AuPair se plantaba a mi lado y me hacía un gesto afirmativo con la cabeza. Eso era que su parte del plan estaba hecha y lo que venía ahora estaba esperando detrás nuestro. No me quise girar, para que no me entrara la risa.
Vimos salir a la Dientes del McDonald’s. Al cruzar el umbral de la puerta ella nos vio y se nos quedó mirando, con una cara de odio que pa qué. Y entonces la Cindy, la Asdru y yo nos apartamos, dejándole ver lo que teníamos detrás nuestro.
Cuando la Cindy volvió de trabajar de Londres le entró la manía de que quería hacerse modela (que no modelo) y se apuntó a una agencia que sólo la mandaba a hacer promociones absurdas a Carrefours y Alcampos. Allí se hizo muy amiga de una chica muy mona que se llamaba Eli, y que siempre hacía promociones de…

¡Chicles Orbit! Orbits por todas partes. Todas las amigas de Eli se habían plantado detrás nuestro, con sus camisetas de Orbit y sus paquetes de chicles de muestra. Al verlas a la Dientes le entró el pánico; se le desencajó la cara y se quedó totalmente paralizada. Las Orbit Girls se le lanzaron encima y empezaron a ofrecerle chicles en gragea mientras la Asdru, la Cindy y yo nos dedicábamos a tirarle más de las susodichas encima.
La gente de la calle se empezó a parar para ver el espectáculo y una chica china muy mona se me acercó y me preguntó qué estaba pasando.
-Nada bonita, que ese chico de ahí es nuestro amigo y se casa mañana con su novio de toda la vida. Y le hemos organizado una despedida de soltera que le está haciendo una ilusión divina del coño!!!

La Dientes no daba crédito a lo que veía. Miles de chicles Orbit le atacaban por delante y un grupo de cholos adolescentes le gritaban “¡Dientes! ¡Dientes!” por detrás. A todo esto la china se le acerca y le dice:
-¡Felicidades, Dientes!

Aquí la Dientes explotó. Le pegó un empujón a la Mulan aquella que acabó incrustada en la M gigante de la puerta del restaurante. Se quitó de encima a las Orbit Girls, que ya habían empezado a corear “La dientes, la dientes, la dientes cojonuuuudaaaaa!!!” pegándoles puñetazos y patadas y se vino directa a partirme la cara.

Yo salí corriendo cagada de miedo porque no esperaba una reacción tan violenta, me lancé Portal de l’Àngel p’arriba mientras oía a la Dientes llamarme por detrás con una voz que parecía la Emily Rose en plena menopausia. Crucé la calle esta que hay antes de El Corte Inglés (que no me acuerdo como se llama, pero da igual, lo leeréis en los periódicos) sin fijarme si el semáforo estaba en rojo o no.

Y entonces: ¡¡Pumba!!

Me giré poco a poco, temiendo que la Dientes se hubiera metamorfoseado y aquel ruido fuera el de su Dinobot Mamut aplastando el asfalto.
Pero no.
La que estaba aplastada en el asfalto era ella misma. En su afán por perseguirme, cegada por la ira, se había olvidado de mirar (aunque si lo hubiera hecho tampoco habría visto nada, porque estaba "cegada por la ira", que ya lo he dicho) a los lados y un Mégane de color blanco le había dado un viaje que la había dejado muetta (literal) en medio de la carretera.

Al otro lado de la calle las otras Súper Nenas me miraban, con los ojos desencajados de terror, las Orbit Girls se hinchaban a comer chicles para superar el trauma y los cholos acosadores se liaban un porro a la espera de que llegara la ambulancia.

Me sonó el móvil. Pegué un bote pensando que era la Policía que me avisaban para que no me escapara que me había visto media Barcelona. Y es que es lo que tengo: tanto si hago el ridículo como si asesino a alguien, media Barcelona es testigo de ello. Pero no era la Poli, era la Pepi desde el otro lado de la calle:

- J-O-D-E-R T-Í-A

Eso mismo dije yo.

Apunte informativo:

Decora2 es del canal Cosmopolitan no del People & Arts.

Que poca cultura televisiva!

¡Qué poca vida tienen algunas!
Lo siento si me he confundido de canal, tengo cosas más importantes que hacer ¡¡como huir del país!!

Joer Hidro, si hace falta te acogemos en casa! xDD
No ma coneixes, xo soc una gran fan teva. X kuan el capitol 13?
Un petonet

Peliroja peligrosa

Ah m oblidava!... no vaig arribar al teu espai, buscant "el pollon de nacho vidal" ... que a mi las pollas no me interesan..yo prefiero una bolleria ;)
Ui k tard .. a nonar

¡¡¡OH MY GOOOOD!!! ¡¡¡A BOLLO FAN!!!
OEEEE OE OEOEEEEEEEEE OOOEEEE OEEEEE

Eso para los que dicen que Hidroboy es muy mariquita hasta para los mariquitas. ¡Chupáos esa! (Bueno Pelirroja, tú no xDD)

Nueve de cada diez dentistas, confirmarán que La Dientes está ¡¡¡TIESA!!!

Uno del CSI encontró material orgánico de La Dientes en la frontera de Francia. Pa que veas cómo era de "despegada" la neeeenaaa...

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¿Quién soy?

  • Soy Hidroboy
  • Desde Barcelona, Barcelona, Spain
  • Diva estresada que casi casi no puede con su vida que vive en Barcelona y de vez en cuando se va de parranda a Huesca a comerse una buena longaniza de Graus. No fumo y no me drogo, pero bebo más que Sue Ellen en sus años mozos. Y además la ch*** que da gusto.
Yo!!

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